Segunda GuerrA mUNDIAL
La hija de uno de los soldados diseccionados en vida por los japoneses dice que «no guarda rencor» a los torturadores
En 1945, un grupo de científicos nipones extirpó el pulmón de su padre después de introducirle agua de mar en las venas
Días después de que Japón haya inaugurado una exposición en la que –por primera vez- explica al mundo las vejaciones que llevaron a cabo varios de sus doctores a un grupo de prisioneros aliados durante la Segunda Guerra Mundial , una de las descendientes de aquellos americanos ha señalado en una entrevista que no guarda ningún rencor a los torturadores de su padre.
Así lo ha afirmado al diario « Daily Mail » la hija del sargento Teddy Ponczka, con quien los científicos de Fukuoka (una ciudad ubicada al sur de Japón) experimentaron quitándole un pulmón e introduciéndole agua marina en la sangre.
«No guardo rencor a los japoneses. Si me preguntas si lo que hicieron estuvo bien, te diría que no, pero no soy una persona rencorosa», señala Ginger en declaraciones recogidas por el diario británico.
Teddy formaba parte, concretamente, de la tripulación de un bombardero B-29 que, el 5 mayo de 1945, cayó sobre la ciudad de Fukuoka mientras trataba de destruir un aeródromo cercano. Fue entonces cuando los científicos japoneses les capturaron y realizaron con ellos varios experimentos como –en el caso de uno de ellos- extraer su cerebro para descubrir si la epilepsia podía ser curada mediante cirugía.
Aunque los experimentos ya se conocían gracias al testimonio de varios testigos (entre ellos, el capitán de la nave o uno de los médicos japoneses) fueron noticia hace apenas unos días después de que la Universidad nipona de Kyushu inaugurara una exposición en la que, por primera vez, se explica a los visitantes la triste historia acaecida en Fukuoka.
Sin rencor, pero con dolor
Ginger no es la única de la familia Ponczka que ha tenido que enfrentarse esta semana de nuevo a los fantasmas del pasado. La otra víctima de la memoria ha sido su hijo Bob Bruner, de 51 años y nieto del aviador asesinado en el lugar. Veterano de la guerra de Irak, este estadounidense afirma que se enteró de este triste suceso cuando tenía entre 13 y 14 años, pues anteriormente su madre le había contado una historia bien diferente sobre su abuelo.
«Un día que nos dirigíamos a Nebraska, mi madre me dijo que era el momento de que supiera que mi abuelo era un aviador de un B-29 con el que habían experimentado. Me dijo que le habían introducido agua de mar en la sangre y que le habían diseccionado en vida», señala.
A su vez, Bob afirma que, en su momento, sintió rabia y tristeza por su abuelo, quien no tenía más de 22 años en el momento de su muerte. «Como veterano puedo ponerme en sus zapatos... Sobre todo en cuanto a la confusión que debieron sufrir», explica en declaraciones recogidas por el «Daily Mail».
En cuanto a la exposición, el nieto de Ponczka afirma no tener ningún problema con que la tragedia de aquellos aviadores no se olvide, aunque cree que debería haberse dado a conocer por los japonés anteriormente. Con todo, entiende que los nipones no estén orgullosos de esta parte de su historia.
Por otra parte, el «Daily Mail» también ha entrevistado a Samuel, el hijo de Marvin Watkins (el piloto del B-29, quien sobrevivió a los experimentos gracias a que le trasladaron para interrogarle). «Él siempre me decía que había hecho todo lo posible por salvar a sus hombres, pero que tenía la sensación de que era e comandante de la nave y, como tal, tenía la responsabilidad de hacer que regresasen a casa. Y no lo hizo. Sentía una gran tristeza por saber que él había sobrevivido y el resto no», destaca el descendiente.
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