Pedro Reyes: las greñas y el absurdo

El suyo era un humor absurdo y fresco frente al humor de bayeta usada

Pedro Reyes: las greñas y el absurdo EFE

ROSA BELMONTE

Pedro Reyes destacaba en «No te rías que es peor» de la misma manera que Chiquito de la Calzada destacaba en «Genio y figura». La diferencia de ambos con respecto a sus compañeros de chistes era notable. Ese Pedro Reyes zarandeando a Paco Aguilar y cantándole: «Tú eres el ‘frascaso’ de mi matrimonio y el perito mercantil de mis sentimientos» era un marciano al lado de Marianico el Corto o Emilio Laguna.

Humor absurdo y fresco frente a humor de bayeta usada. Ese «frascaso» era uno de los latiguillos que repetíamos sin ton ni son. Ha muerto Pedro Reyes y con él desaparece (o no) un valor de nuestra memoria sentimental televisiva. Aquellos sketches de «La bola de cristal» con Pablo Carbonell y Alaska, haciendo de Romeo con Julieta o de revolucionario en la Francia de 1789, los tomábamos como un regalo de sábado por la mañana en un tiempo en que la televisión era mejor («Alaska y Segura» es lo único que ahora mantiene ese espíritu).

Fue Pablo Carbonell quien anunció ayer en su cuenta de Twitter la muerte del colega. Lo encontraron en su cama de Valencia y las primeras informaciones apuntaban a un infarto. Era su colega y amigo. Empezaron en Huelva con el grupo Centuria. A los 20 años se fueron a Sevilla y allí crearon Pedro y Pablo. Como los Picapiedra. En el 82 marcharon a Madrid y actuando en el Retiro los descubrió Rosana Torres, entonces presentadora de «El carro de la farsa» (otro programa impensable ahora).

Tras nacer en Tánger cuando ya era una ciudad marroquí, pasó su infancia y adolescencia en Huelva, la tierra natal de su madre. Allí comenzó su andadura cultural, escribiendo y actuando en pequeñas obras teatrales. En 1977 creó el grupo teatral Centuria, del que formó parte Pablo Carbonell. Con veinte años ambos se fueron a Sevilla donde crearon el grupo «Pedro y Pablo», como Los Picapiedra, y ya en 1982 empezaron a trabajar en Madrid.

Las greñas de Pedro Reyes, las chaquetas de lentejuelas y su forma atropellada de hablar eran parte de su activo, de su encanto. También lo que contaba, nada de chistes vulgares. Cosas tan absurdas como las de Faemino y Cansado o las de Chiquito. El monólogo de la vaca. «Les quiero contar una historia de ‘amó’». Con la vaca. «Estaba buena, pero digo que no, que no». Eso lo contaba en galas de Telecinco , donde era también lo diferente. Como lo era en «¿Pero esto qué es?», el programa de Hugo Stuven de los viernes en TVE que copresentaba entre guapos y guapas. Tras la televisión llegó el teatro. Estaba participando en la obra «Taxi», con Felisuco y Josema Yuste. El teatro no queda pero la televisión sí.

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