El origen de los insultos más populares
El animal más afeminado del planeta
En el siglo XIX, la ofensa mariquita estaba vista como un conjunto de conductas negativas
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Hay animales que llevan a su espalda una gran cruz sin comerlo ni beberlo. Algunos, además de bellos, caen simpáticos a todo el mundo. Es el caso de nuestro protagonista: un insecto con el diminuto caparazón redondeado y unos colores vivos que si la historia se reescribiera hoy, nunca volvería a ser usado como ofensa.
Pancracio Celdrán, en «El Gran Libro de los Insultos», publicado por la editorial La Esferan, define al mariquita como «afeminado y cobarde, que se comporta con pusilanimidad y remilgos de mujer». Aunque por suerte hoy los tiempos han cambiado, y se ha avanzado mucho en materia de igualdad, el autor cuenta que «en el siglo XIX estaba visto como mezcla de conductas, todas ellas negativas».
A pesar de que no está claro si su raíz semántica está relacionada con los términos maricón o marica, Celdrán trata de establecer la diferencia entre ellos. «Le gusta comportarse como una mujer, porque en el fondo se siente femenino, y como tal mujer busca al hombre, y no como un hombre busca a otro, en el caso del homosexual puro».
El poeta y dramaturgo Manuel Bretón de los Herreros escribe:
¡Y a tu amo
que es un loco, un mariquita,
libertino y jugador,
tanto agasajo...!
Celdrán hace referencia a lo mucho que da de sí el castellano cuando de construir palabras y añadir matices sorprendentes a un vocablo se trata. «En puntos de Murcia y Almería a la persona afeminada llaman mariquitón, voz de formación curiosa si se tiene en cuenta que mariquita es diminutivo de marica, que a su vez es hipocorístico diminutivo de María, con lo que resulta que mariquitón es aumentativo de un diminutivo».
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