El origen de las ofensas más populares
El misterioso insulto que aparece en el himno de Almería
A pesar de que el uso actual del apelativo garrulo sigue siendo el de lengua larga, alude también al lugareño palurdo y zafio
En cualquier pueblo de España, siempre hay una persona que lleva al extremo la tozudez humana. Reflejada en este caso en un desconocimiento total sobre el tema que dicho sujeto está tratando y acompañada de un lenguaje soez y peculiar del que más que vergüenza parece resultarle motivo de orgullo. Allí, en el lugar más recóndito del planeta, aparecerá un garrulo para opinar de política, economía, Fórmula 1 o cualquier asunto que tenga relevancia en la pequeña pantalla. Aunque la Real Academia Española define el apelativo en alusión «a la persona rústica y zafia», existe un recorrido más amplio para explicar su significación.
El garrulo es un individuo parlanchín, que habla por hablar y sin sustancia. Pancracio Celarán, padre de «El Gran Libro de los Insultos», publicado por la editorial La Esfera, apunta que fue voz usada a principios del siglo XVI en contextos agermanados. «En los romances de Rodrigo de Reinosa aparece como voz propia del lenguaje de rufianes y socarras, medios marginales donde la voz garlo equivalía a 'parlotear', de donde procede el adjetivo insultante garlón. Del latín tardío garrulare se dijo gárrulo, palabra expresiva que significaba hablador incontinente que no dice sino tonterías».
Leandro Fernández de Moratín utiliza así el término a principios del XIX:
El sobresaliente mérito del drama bastaría a imponer taciturnidad y admiración a la turba más garrula, más desenfrenada e insipiente.
A pesar de que su uso actual sigue siendo el de lengua larga, alude también al lugareño palurdo y zafio. El autor deja un curioso detalle enmarcado dentro de la tradición española: «sorprende encontrar esta palabra en el himno de Almería, predicada o dicha por un poeta local de aquella hermosa ciudad, aunque teniendo en mente otra acepción relacionada con las aves canoras».
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