Primera Guerra Mundial
Hallan una carta del soldado que organizó la emotiva Tregua de Navidad de 1914
La misiva ha sido vendida por 25.000 euros y en ella se aprecia el miedo que sintió el militar que tuvo que reunirse con los alemanes
Con centenario de la Primera Guerra Mundial son muchos los que están aprovechando para desempolvar sus viejas herencias familiares relacionadas con la contienda e intentar ganar algún dinero vendiéndolas. Precisamente, el último de estos objetos ha sido una carta del soldado británico Willie Loasby -el artífice de la emotiva «Tregua de Navidad» de 1914- que acaba de ser subastada en Inglaterra por 25.000 euros.
La historia de este suceso es bien conocida. Todo ocurrió el día de Navidad en el frente de batalla. Según narran las crónicas, aquel día los soldados alemanes y británicos llegaron al acuerdo de detener por un día las hostilidades y disfrutar juntos de un buen partido de fútbol. Tampoco faltaron los buenos ratos entre los dos bandos, que fumaron cigarros y compartieron todo aquello que tenían (como muestra uno de los últimos anuncios realizados por un supermercado inglés ).
Pues bien, 100 años después, un británico tiene ahora en su poder una carta de Willie Loasby, el soldado que se reunió con los alemanes arriesgando su propia vida para pactar esta mítica prueba. El escrito –que el militar escribió a lápiz y envió posteriormente a su madre- ha sido vendido por 20.000 libras (unos 25.000 euros).
En la carta, de ocho páginas, el soldado explica como un día antes de Navidad comenzó a comunicarse con los alemanes con el objetivo de llevar a cabo una tregua. Cuando acordaron unos términos muy superfluos, el militar –de 25 años- tuvo que vencer su miedo y atravesar sin armas los 36 metros que había entre su trinchera y la enemiga para llegar a un acuerdo. Todo ello, sabiendo que podía recibir un balazo en cualquier momento. Esos fueron los momentos en los que más pavor pasó.
Posteriormente, Loasby explica cómo conoció a un oficial alemán que le preguntó si había franceses con ellos y bromeó afirmando que «diez franceses no hacen un inglés». Después de reírse un rato de los galos, el germano le dio a modo de presente seis cigarrillos y una tableta de chocolate antes de sugerir que podían jugar un partido de fútbol. Él dijo que sí y, posteriormente, se formaron dos equipos. «Lo que se me hace más raro es que en cada bando, y en otras partes, había gente que todavía combatía», determina la misiva.
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