la larga guerra del siglo xx. La guerra fría (XLVII)

La descolonización británica, germen de nuevos conflictos que llegan hasta hoy

Las guerras indo-pakistaníes o las contiendas de Oriente Medio han sido la consecuencia del precipitado abandono de esos territorios

La descolonización británica, germen de nuevos conflictos que llegan hasta hoy

JUAN VÁZQUEZ

El nuevo orden surgido tras la Segunda Guerra Mundial su­puso también el definitivo gol­pe de gracia al Imperio británico, ya debilitado desde la Gran Guerra: tan­to Australia como Nueva Zelanda de­jaron pronto muy claro que desde el punto de vista militar sus intereses se anteponían a los de la antigua me­trópoli, mientras en la India estalla­ban numerosos conflictos, agravados por una inestable situación económi­ca.

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Ante ello, el Reino Unido decidió acelerar el proceso emancipador, con la creación en 1947 de dos estados, In­dia y Pakistán, en función de la con­fesión dominante, lo que no hizo si­no sentar las bases de nuevos proble­mas que persisten en la actualidad. Y algo peor aún ocurrió al año siguien­te con Palestina, pues, al abandonar el territorio y proclamarse el estado de Israel (y la creación de Jordania), co­menzó una sucesión de contiendas in­termitentes que persisten hoy en día, sin trazas de solución.

África

En África se produjo la in­dependencia de varios territorios, desde finales de los años cincuenta, como Ghana y Uganda, país este últi­mo que pronto se convirtió en campo de batalla, hasta que el dictador Idi Amin se hizo con el poder y en él se mantuvo durante largo tiempo.

Ni­geria conocería poco después de su independencia una cruel guerra civil en Biafra. Tanganyka se independizó en 1961 y se unió tres años después a la isla de Zanzíbar, formándose un nuevo país, Tanzania, cuyo presidente, Julius Nyerere, se erigió en uno de los líderes del Movimiento de los No Ali­neados.

Kenia logró la independencia más tardíamente, en 1963, inmersa en una cruenta guerra promovida por los kikuyu por medio de la guerrilla Mau Mau. Por su parte, Somalia nunca lo­gró alcanzar un nivel mínimo para sobrevivir y, además de sucesivas guerras civiles, luchas fratricidas y enfrentamientos con sus vecinos, co­menzó desde sus costas, una duradera actividad de piratería.

Egipto, el más importante país de la zona, y teórica­mente independiente bajo la tutela británica, tuvo una transición más pacífica, pero el régimen monárquico no sobrevivió muchos años pues cayó bajo un golpe de estado en el que se proclamó hombre fuerte Gamal Abdel Nasser, erigido en uno de los princi­pales líderes del denominado Tercer Mundo, teóricamente equidistante de ambas grandes potencias.

Por otra parte, en el sur de África surgieron nuevos estados, dirigidos por las minorías blancas, que trataron de mantener una situación dominante sobre la población negra. Tales fueron los casos de Rodesia y Sudáfrica, don­de elrégimen de apartheidse mantuvo hasta 1994. Rodesia se convertiría en 1979 en Zimbaue, tras el desmorona­miento del régimen segregacionista blanco. En todos estos países se su­cedieron los enfrentamientos entre movimientos con frecuencia apoyados por la Unión Soviética y los gobiernos blancos, que lograron mantener du­rante un par de décadas su estatus.

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