la larga guerra del siglo xx. segunda guerra mundial (XLIV)
Los republicanos de «La Nueve» entraron los primeros en París
El gobernador militar alemán de la ciudad fue capturado por tres españoles
La tarde del 24 de agosto de 1944, el general Leclerc, comandante de la 2ª Division Blindeé francesa, ordenó al capitán Raymond Dronne: «Vaya derecho a París. Pase por donde quiera. Es necesario entrar en París cuanto antes». Las Fuerzas Francesas del Interior (FFI), levantadas en armas en la capital francesa contra los ocupantes alemanes desde el 19 de agosto, necesitaban ayuda urgentemente, y quién mejor para prestársela que la única división francesa desembarcada en Normandía .
Noticias relacionadas
Dronne mandaba la 9ª Compañía del Tercer Batallón del Régiment de Marche du Tchad. Conocida simplemente como «La Nueve», 146 de sus 160 soldados eran republicanos españoles exiliados, de diferentes filiaciones políticas. Para demostralo, habían bautizado sus semiorugas M3 con nombres que evocaban la Guerra Civil: Madrid, Teruel, Brunete, Guernica, Guadalajara, Ebro... Aunque algunos no hacían referencia a la contienda española, como Don Quichotte o España Cañí.
En el «Hôtel de Ville»
Dronne formó una columna con la plana mayor y dos secciones de su compañía, tres carros de combate M4 Sherman del 501º Régiment de Chars de Combat y una sección de ingenieros, en total unos 130 hombres. Entró en París por la Porte d´Italie entre vítores de la multitud y decidió dirigirse al Hôtel de Ville (el Ayuntamiento), por considerarlo el símbolo de los derechos y libertades de los parisinos.
Un guía local se ofreció a llevarles hasta allí eludiendo barricadas y centros de resistencia enemigos. Atravesando calles vacías, llegaron hasta la plaza donde se encontraba el Hôtel de Ville a las 9:22, y formaron una defensa en erizo. Dentro del edificio, Dronne fue recibido por las principales figuras de la resistencia parisina encabezadas por Georges Bidaut. La multitud congregada en la plaza entonó La Marsellesa, coreada por las campanas de todas las iglesias parisinas. Una ráfaga de ametralladora obligó a todos a ponerse a cubierto y les devolvió a la realidad. Los españoles pasaron la noche celebrando el éxito mientras su capitán, agotado, dormía en un rincón.
Rendición
A la mañana siguiente, mientras la 2ª Division Blindeé al completo entraba en Paríspara ocupar los puntos neurálgicos todavía en manos alemanas, elementos de «La Nueve» a las órdenes del teniente Amado Granell despejaron de enemigos la central telefónica situada en la Rue des Archives. Durante la operación resultaron heridos el sargento José Cortés y el teniente Elías, sustituido por el brigada Martín Bernal, el único español citado en la Órden del Cuerpo de Ejército por su «alta valía militar y moral».
La resistencia alemana en París se derrumbó tras la rendición del general Dietrich von Choltitz, el gobernador militar de la ciudad. En el asalto al Hotel Meurice, donde tenía su sede, tomaron parte algunos de los muchos soldados españoles repartidos por las distintas unidades de la división de Leclerc. Tres de ellos, encabezados por Antonio Gutiérrez, irrumpieron en su despacho y le conminaron a rendirse. Como deseaba hacerlo ante un oficial, pidió a Gutiérrez que llamase a uno. Al final apareció el comandante La Horie para aceptar su rendición. Von Choltitz se quitó el reloj y se lo regaló al español agradecido por el respeto que le había mostrado.
El día 26, los semiorugas de «La Nueve» formaron junto al Arco del Triunfo para ser revistados por De Gaulle. Cuatro de sus vehículos escoltarían al general hasta Notre-Dame adornados con banderas republicanas españolas. Los exiliados habían hecho suya la victoria de Francia.