El consumo cultural en España, de la crisis a la recuperación
Uno de los grandes retos de nuestra sociedad es darle a la cultura el papel que merece, sumando esfuerzos y dejando atrás estériles batallas. Repasamos las cifras del sector
El español «es un medio incomparable de promoción de España y de su cultura en el exterior», aseguraba hace unas semanas Mariano Rajoy, durante su viaje a China. 550 millones de personas hablan la lengua española, que es la tercera más utilizada en internet y la segunda de mayor relevancia en la comunicación internacional. «En la actualidad, el español constituye el quince por ciento de nuestro PIB y es, además, una de nuestras más sólidas herramientas para promocionar nuestra presencia exterior y para consolidar la imagen y Marca España», subrayó el presidente del Gobierno en su defensa de nuestro idioma y de nuestra cultura.
Sin embargo, la industria cultural española, que supone el 4% del PIB, no goza del mismo apogeo. La crisis económica que ha desembocado en importantes recortes en el sector y en el incremento sustancial del IVA (el más alto de Europa), ha acumulado descensos muy importantes en el consumo cultural, al menos de una forma legal, pues el índice de piratería sigue campando a sus anchas .
La piratería
La cultura se desangra y en gran medida se debe a una grieta que no termina de ser reparada: la piratería. Un estudio publicado la pasada primavera por el Observatorio de la Piratería aseguraba que el 84% de los contenidos era obtenido de manera ilegal. Una cifra escalofriante que, según el mismo trabajo, algunos de los infractores justificaban por el incremento de los precios y por la facilidad de acceso a los contenidos (69%). Las descargas ilegales en España crecieron en 2013 respecto al año anterior un 4,6%, afectando especialmente al cine (43%), la música (28%) y los libros (21%).
La música en directo mejora
Es preciso reconocer que España es un país al que le gusta la cultura, pero le cuesta pagar por ella, más cuando las prioridades ahora son claramente otras. Eso ha provocado que el consumidor sea además más selectivo entre tanta oferta. Entre los sectores más golpeados se encuentra el de la música en directo. En los últimos cinco años ha visto caer sus recaudaciones de manera notable hasta un total acumulado del 19,2%, así como el número de conciertos (25,5%) y la asistencia (33,2%).
Sin embargo, y según los últimos datos de la Asociación de Promotores Musicales referentes a los últimos meses, la curva ha variadodoce, incrementándose la facturación de los conciertos en vivo en casi el 15%, lo que apunta a «una recuperación del mercado», aunque sin alcanzar los niveles previos a la subida del IVA. Desde su implantación hace dos años, este sector ha dejado de ingresar 96,2 millones de euros.
Consumo ante el televisor
Según un estudio desarrollado por la EAE Business School, el gasto en ocio y cultura en nuestro país representa el 4,77%. Sin embargo, en 2013 se gastaron en España 27.990 millones de euros en actividades culturales, un 7% menos que en 2012. Un descenso que desde 2007 hasta el pasado año respresenta el 24%. En 2013, el gasto medio por persona en cultura y ocio fue de 607 euros al año, un 7% menos que el año anterior. Mientras que la inversión media por hogar fue de 1.537 euros, un 8% respecto a 2012.
Es una realidad constatable que en los últimos cinco años años, cuando comenzó la crisis, el número de espectadores y la recaudación en taquilla han descendido notablemente. Según las cifras del Anuario de Artes Escénicas, elaborado por la Fundación SGAE, estas reflejan un descenso acumulado de 30,4% en el número de representación, 34,3% en la asistencia y un 23% en la recaudación. Por sectores, destaca el de la música grabada, en soporte físico, que acumula unas pérdidas del 70,4% desde 2008, frente a un incremento del mercado digital que ha aumentado sus ventas desde ese mismo año en un 53,1%, aunque esto no compensa las pérdidas globales del sector. El Anuario de la Fundación SGAE subraya además que esta tendencia ascendente ha frenado en 2013, año en el que los ingresos respecto a 2012 han bajado un 0,4%.
Lo que sí ha subido, y sirve quizá de termómetro sobre el cambio de hábitos entre el público, es el consumo de televisión, un 7,5% desde 2008.
Sector editorial
Otros sectores, como el editorial, el más importante dentro del ámbito cultural español (representa el 1% del PIB), ven también con gran preocupación el descenso de consumo de libros (en los últimos diez años acumula una bajada del 19%). En 2013, el descenso de venta en España se cifró en un 9,7%. Según el estudio de la EAE Business School, en los hogares españoles se recortó la compra de libros y publicaciones periódicas, gastándose alrededor de 222 euros, esto es, cien euros menos que en el año anterior. Esa menor demanda se ha visto reflejada en un descenso de la producción. En 2013 descendió –por tercer año consecutivo– la edición de libros, hasta los 76.434, un 3,5% menos que en 2012.
La Federación señala la crisis como principal detonante de la caída del consumo cultural. Una caída que, según las cifras del INE, ha supuesto desde 2007 un 30%. También al efecto de la piratería. El Observatorio de la Piratería sitúa las pérdidas de 2013 en 302 millones de euros. El que sí mostro cifras positivas es el libro electrónico, mercado que el año pasado facturó 80,26 millones, lo que supuso un 8,1% más que en 2012. El lado negativo, que la piratería también ha fijado los ojos en este producto, ascendido hasta un 21% en 2013.
En cuanto al mercado exterior, el libro español se vende bien fuera. Y sus cifras mejoraron en 2013, exportando más de lo que se importa. En total, 322,71 millones, frente a los 298,7 del año anterior. Los principales mercados siguen siendo Europa y América, aunque las ventas en estos continentes bajan en favor de África, Asia y Oceanía.
El cine español va bien
«El cine va bien, lo que va mal es la industria», aseguraba hace unas semanas el presidente de Fapae, Ramón Colom, al referirse a la última valoración de la cuota de pantalla del cine español, un 23,6%, «una de las más altas de su historia», gracias a producciones como «Ocho apellidos vascos» y «El niño». Una cuota que estiman que podría alcanzar este año el 25%, todo un logro. Pero esta solo es una de las caras de la moneda. En la otra, se encuentra el estado de una industria ahogada por la subida del IVA, la falta de subvenciones públicas y unas exenciones fiscales poco competitivas respecto a otros países. El presupuesto medio de las producciones españolas en 2014 ha sido de 1,3 millones de euros, frente a los 3,2 millones de 2009.
Las noticias sobre la taquilla son también alentadoras este año en relación con el cine español, pues es más del doble respecto a las cifras de septiembre de 2013, al igual que el número de espectadores. Según Fapae, suponen un 147% más que el año pasado. En cuanto a las cifras de ingresos de taquilla global, esto es, por cine nacional e internacional, también se han incrementado, en un 2,3%; y los espectadores, en un 15,5%. Por este lado el sector tiene buenas sensaciones.
No sucede lo mismo con el número de producciones realizadas en 2014, que han disminuido en un 15% (107 frente a 126), respecto a septiembre de 2013. Lejos de las 144 que se realizaron en 2012. El motivo de este descenso es la falta de una fiscalidad, prometida y no alcanzada, que permita competir a España con otros países a la hora de acoger rodajes.
¿Lo peor ha pasado?
Pero este es un mal que afecta a otros sectores, como el de los museos, que a pesar de ser un reclamo para miles de turistas se han tenido que ajustar el cinturón ante la rebaja de las ayudas públicas, que les ha coartado a la hora de organizar –incluso han tenido que cancelar– muestras ambiciosas que mejorarían sus expectativas de visitantes. El Prado, el Reina Sofía y, sobre todo, el Thyssen ven mermada su capacidad de actuación, a la espera de medidas que favorezcan la inversión privada.
Tal vez los presupuestos de Cultura de 2015, que se incrementan un 4,3% respecto a 2014, sirvan para aliviar un poco estos dos últimos sectores, los más favorecidos en el cómputo global, ya que suben un 8,13% los museos y un 5,14% el cine . No sucede lo mismo con Patrimonio Histórico, Conservación de Bienes Culturales, el teatro o las bibliotecas, donde bajan. Para el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, esta leve subida es síntoma de que «lo peor en términos presupuestarios ha pasado» y que la «sombra» de la inestabiblidad se aleja de este sector, que sigue suspirando por la bajada del IVA, una mejor legislación fiscal y una Ley de Mecenazgo que ha dejado de ser una meta para convertirse en una utopía. Hasta que cambie, deberíamos respetar –no piratear– y valorar –invertir– en nuestra cultura.