Bajo acusaciones de antisemitismo, el Met estrena la obra sobre el Achille Lauro
Poco público en la «premiere» de la ópera de John Adams sobre la muerte de León Klinghoffer a manos de terroristas palestinos
El último estreno en el Metropolitan Opera House de Nueva York ha tenido todo menos normalidad. La polémica, que terminó anoche con una manifestación delante del teatro y varios actos en los que participaron figuras de la vida política de la ciudad como Rudy Giuliani, se ha desatado por el estreno de «La muerte de Kilnghoffer». La obra relata el asalto por terroristas de la OLP del crucero Achille Lauro, durante el que León Klinghoffer fue asesinado. La comunidad hebrea de Nueva York ha recibido con indignación y movilizaciones el proyecto operístico del Met, que para ellos «glorifica el terrorismo».
El exalcalde Giuliani dirigió una de las manifestaciones celebradas ayer frente al Metropolitan, por el estreno de esta ópera «antisemita y que empatiza con el terrorismo», según los organizadores. La obra, compuesta en 1991, relata la muerte de Klinghoffer, un judío discapacitado, que murio a manos de los cuatro secuestradores palestinos del Achille Lauro en 1985. Después de su asesinato, los activistas ordenaron que su cuerpo fuera arrojado por la borda, al igual que la silla de ruedas en la que se desplazaba.
Para algunos esta ópera es una de las obras maestras del compositor norteamericano John Adams. Para otros, sin embargo, acusan al músico de poner en boca de los personajes palestinos de la obra toda la belleza de su música para intentar racionalizar sus crímenes. «Esta manera de invocar una ladera romántica del terrorismo solo lo ha convertido en una amenaza mayor» dijo ayer Giuliani, reconocido y distinguido melómano. El político se encuentra entre quienes afirman que la música de Adams es excelsa, pero el libreto ha distorsionado completamente la historia.
Más de un centenar de entre los manifestantes que protestaban ayer ante el teatro de ópera se sentaron en sillas de ruedas con un cartel que decía «Soy León Klinghoffer». Entre consignas y gritos, la multitud recibió con muestras de alegría la noticia de que el Met ha dejado sin vender la mayor parte de las entradas para la función. Aunque el teatro se defiende negando la acusación de antisemitismo, ha cancelado los planes de emitir internacionalmente esta producción.
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