Hoteles en plena Naturaleza

Perderse en el bosque

Pistas para respirar oxígeno puro y recoger setas, observar de animales realizar excursiones a pie o a caballo...

Perderse en el bosque

mar de alvear

Junto a bosques frondosos, ríos caudalosos en los que se bañan los peces y caminos que llevan a espacios únicos. Destacamos varios hoteles, en plena Naturaleza, desde los que respirar oxígeno puro y realizar interesantes actividades. Puede tratarse de buscar setas, observar animales o admirar la flora y su color propio de la estación otoñal. Éstas son las pistas para, sin duda, perderse.

El Pirineo aragonés es un destino privilegiado cuando se trata de conectar con el medio natural. En la localidad oscense de Bonansa, con tan sólo 40 habitantes, se encuentra el hotel de la pareja formada por los periodistas Javier Ricou y Merçé Gili. Su nombre es Bonansa Country y, desde sus ocho habitaciones, se contemplan los bosques.

Desde ahí, parten sendas para conocer pequeñas ermitas románicas o llegar al mirador desde el que se observa la cara sur del Aneto. Organizan salidas para recoger setas así como excursiones al Parque Nacional de Aigüestortesasí como al de Posets Maladeta. Sin olvidar que, pronto llegará el invierno y la temporada de esquí, y el Bonansa Country es un buen campamento base para llegar a Baqueira-Beret, Cerler o Boí-Taüll. Precio a partir de 130 euros.

Recorrer el Parque Nacional de Ordesaes una experiencia que, al menos, debería vivirse una vez. A un paso de él, se encuentra el Hotel Ordesa . Su equipo se ocupa de diseñar rutas a caballo, salidas fotográficas y micológicas en valles colindantes como Bujaruelo o Bergua. En sus praderas y bosques pueden hallarse boletus, trompetillas, lengua de vaca o robellones. Precio desde 50 euros.

En el valle de Benasque, muy cerca del bosque de Villanova, una preciosa masa boscosa caducifolia, está La Casa del Río. En el propio hotel cuentan con escondites para fotografiar a los animales sin que perciban la presencia del hombre ni del objetivo. Además, asesoran a la hora de elegir qué sendero tomar. Existen más de 50 posibilidades, todas marcadas y geolocalizadas. Y aseguran, además, que la temporada de setas este año es especialmente buena. Por último, hay que destacar que admiten mascotas. Precio desde 79 euros.

Todavía en Aragón, pero en Teruel, ahí encontraron la ubicación perfecta los propietarios de La Masía la Torre . En plena Sierra de Gúdar, próxima a la localidad de Mora de Rubielos, es un paraíso para los buscadores de setas. También para quienes disfrutan con un paseo en bici o a pie. El entorno invita a ello y, después, el establecimiento es el lugar idóneo para el descanso. A partir de 90 euros.

En Navaluenga se ubica El Hotelito . Es decir, en la Reserva Natural del valle de Iruelas , junto al río Alberche y al pantano del Burguillo, ni más ni menos que en las estribaciones de Gredos. Rodeado de árboles, mires hacia donde mires, de animales en libertad y de flora silvestre. Son el lugar y el momento idóneos para buscar setas y recoger castañas y nueces. Los domingos, Nacho Sevilla, experto naturalista, guía durante tres horas con el objetivo de identificar setas, plantas, pájaros y otros animales. Desde 85 euros.

Portugal está a la vuelta de la esquina, y el Palacio Vidagobien merece la escapada. Este cinco estrellas está situado dentro de un parque natural, el de Vidago, creado en 1910. No es preciso salir del recinto para contemplar impresionantes árboles, flores, lagos, fuentes y alguna que otra ardilla. Es, sin duda, un espacio mágico, de estilo Belle Epoque, que inspira descanso, desconexión. Cuenta con un relajante spa termal y, para quienes optan por el deporte, campo de golf. Desde 215 euros.

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