Premios Cavia

Los Reyes se estrenan en la fiesta del periodismo

ABC galardona a Francisco Vázquez, Bartolomé Mitre y Olmo Calvo. O lo que es lo mismo: pluralidad y excelencia

Los Reyes se estrenan en la fiesta del periodismo ABC

Mayte Alcaraz

Podrían ser las palabras de una madre sobre su hija. Y lo eran. Pero, además, era una Reina hablando de una Princesa: Leonor sabe perfectamente quién es y lo que será en el futuro. Tanto ella como la Infanta Sofía son perfectamente conscientes. Doña Letizia habla de cómo sus hijas siguieron serenas, junto a sus padres, aquel 19 de junio de 2014, hace poco más de tres meses, el día en que la Corona española pasó de Don Juan Carlos a su hijo , Felipe VI. Está rodeada de periodistas en la antesala de la Biblioteca de ABC, de estreno con una nueva exposición de las firmas que han honrado 111 años de historia del diario. Cerca, el Rey. [Galería: las mejores imágenes de los premios Cavia ]

Es la sexta ocasión en la que Don Felipe preside los premios de periodismo que, precisamente por ser periodísticos, han sucumbido a la economía lingüística de la profesión. Son ya para todos, para los premiados y para los muchos que sueñan algún día con serlo, «los Cavia». No hace falta más; basta con el salvoconducto del exquisito periodista aragonés (que cobija generoso a los premios Luca de Tena y Mingote) para saber que no hablamos de lo efímero. Las tres personas distinguidas este año dan prueba de ello: el «Mariano de Cavia» para el embajador de España Francisco Vázquez , por su deliciosa Tercera en ABC sobre «España»; el «Luca de Tena» para el director de «La Nación» de Buenos Aires , por su trayectoria indesmayable en defensa de la libertad de prensa; y el Mingote para el fotógrafo Olmo Calvo , por su impactante fotografía «Desahucio», que denuncia las consecuencias dramáticas de la crisis económica. De nuevo, ABC valora así la excelencia allí donde se halla: la de un político socialdemócrata convencido de la idea de España; la de un luchador por la libertad de expresión en una región latinoamericana castigada por los caudillos bolivarianos y la de un reportero gráfico defensor, desde el ojo implacable de su cámara, de la Plataforma Antidesahucios. Por eso, José Manuel Blecua (presidente del jurado que forman Luis Alberto de Cuenca, Florentino Portero, Javier Reverte y José Miguel Santiago Castelo) dijo durante la cena sin temor a equivocarse que «una sociedad libre se funda en la libertad de los medios de comunicación».

El número de ediciones, como corresponde a un diario más que centenario, se acerca ya al siglo: 94 se cumplieron el viernes. Pero eso sí, esta ocasión es singular: es la primera vez que Don Felipe, ya como jefe de Estado, visita el diario en el que la Reina trabajara como periodista y al que su Familia siempre ha honrado con su presencia en una cena con perfume a letras e historia. Hay pocos trabajos que digan más y mejor de un equipo que un periódico. Los resultados, descontadas las brillantes singularidades, son siempre fruto del esfuerzo de un grupo de afanados. Por eso combinan bien los Reyes con ABC: la primera institución se muestra como un auténtico equipo. El Rey charla, informal, con los asistentes a la cena y siempre habla en plural, en una suerte de tarea compartida con la Reina en servicio de España. Bromea, incluso, con sus primeros pasos como Monarca: voy con el turbo puesto, se sincera. Nada más llegar a la Biblioteca se acerca a José María Carrascal, el veterano columnista de ABC, con el que comenta su último viaje a Nueva York, la segunda patria del periodista. El Monarca sorprende a su interlocutor detallándole una reciente entrevista de Carrascal en Los Desayunos de TVE . El columnista presume de atesorar muchos años y Don Felipe ríe a carcajadas.

El debut de dos ministros

Está a punto de comenzar la cena en la que también debutan ministros. Es la primera vez que acuden dos neófitos del Gabinete de Rajoy: la titular de Agricultura, Isabel García Tejerina, pendiente de que su antecesor y amigo Miguel Arias Cañete apruebe el examen europeo, y Rafael Catalá , que acaba de desembarcar en la cartera que más focos concita tras la salida polémica de su anterior responsable, Alberto Ruiz-Gallardón. Jorge Fernández Díaz (Interior), Ana Pastor (Fomento) y García Margallo (Exteriores) también cumplimentan a los Reyes y hablan de las tareas que restan a cada uno en sus Ministerios hasta que lleguen las elecciones. Y después, ya se verá. Entre políticos y periodistas no podían faltar dos asuntos que espolean, y con saña, la actualidad doméstica: el desafío de Artur Mas y el escandaloso uso de tarjetas opacas por los ejecutivos de Caja Madrid. Pocos dan crédito al nuevo zarpazo que ha recibido el mermado prestigio de la política, que se suma al intento de quebrar la unidad de España. Y menos, un embajador como Jérôme Bonnafont, representante de Francia en Madrid, que reflexiona con estupor sobre la situación de Cataluña, de difícil digestión en un país como el vecino, de sólidas raíces democráticas. Que Cataluña preocupa lo demuestra que también el mundo de la empresa se siente concernido. Carlos Falcó confiesa durante la cena que numerosas personas le han felicitado por el artículo que publicó en este diario el pasado 30 de septiembre titulado «El nacionalismo es la guerra», frase que tomó prestada de otro francés, François Mitterrand, y que es secundada por una masa crítica que, aunque serena, se hace oír entre el ruido. También en «los Cavia» se habla de la defensa de España y de sus valores.

Junto a los ministros de estreno y a los veteranos, acuden a la Casa de ABC políticos a la espera de destino como Esperanza Aguirre e Ignacio González, que aguardan que Rajoy deshoje la margarita de las candidaturas madrileñas. Y otros, como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, empaquetando su vida una vez que ha decidido abandonar la vida pública. «Estoy tranquila, pero sigo trabajando hasta el último día», confiesa, orgullosa de los centímetros que ha estrechado al cinturón del presupuesto para sortear la crisis.

Con su último trabajo bajo el brazo, Juan Manuel de Prada, departe con el Rey. Le entrega a Don Felipe un ejemplar de su novela «Morir bajo tu cielo» para que sea uno de los primeros en leerlo. Cerca, Javier Reverte, miembro del jurado, desbroza con mimo su última criatura, ya en el horno, que tiene como protagonista a la bella Italia. Al encuentro periodístico no faltan representantes de la Casa de Alba, como Cayetano Martínez de Irujo y el duque de Huéscar, sentado junto a la exuberante esposa de Bartolomé Mitre.

A Mariano de Cavia le gustaba, con su prosa, desalojar los desvanes del alma. Acercarse a un médico es siempre algo parecido a desnudar la vida, dejarla en el chasis. Por eso, cuando profesionales como el cardiólogo Kubrat de Bulgaria detallan avances científicos contra el cáncer los periodistas, prestos a contarlo, nos reconciliamos con el oficio. El hijo de Simeón de Bulgaria es buen amigo de la Familia Real. Por eso, una voz despide cariñosamente al médico.

-Qué buen aspecto tienes. Cada vez te pareces más a tu padre.

Es Felipe VI el que bromea con Kubrat. Queda poco para que se cierren las cortinas hasta el próximo año. El justo para escuchar a Paco Vázquez: -Hablar de España es para un socialdemócrata como yo el afirmar sin empacho alguno que no puede existir mayor desigualdad que la quiebra de nuestra condición de ciudadanos libres e iguales.

Pues eso. España.

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