«La Residencia no pudo grabar la voz de Lorca porque se quedó dormido»

Una exposición en el Conde Duque evoca la voz del poeta, de la que en la actualidad no se ha recuperado ningún documento sonoro directo

«La Residencia no pudo grabar la voz de Lorca porque se quedó dormido»

SUSANA GAVIÑA

Las obras y los documentos escritos que se tienen de puño y letra de Federico García Lorca son muy numerosos; no sucede lo mismo, sin embargo, en lo referente a su voz. En la actualidad no existe, al menos localizada, ninguna grabación del poeta granadino recitando o simplemente hablando. Se sabe que Lorca realizó varias entrevistas, pero hasta el momento sus herederos no han podido dar con ellas. Ni siquiera la Residencia de Estudiantes, lugar de encuentro del poeta con otros intelectuales, alberga algún documento sonoro. «Él tenía una cita una mañana para que su voz quedara grabada en el Archivo de la Palabra, una iniciativa de Tomás Navarro Tomás; sin embargo, se quedó dormido y no fue», confiesa a ABC Laura García-Lorca, sobrina del poeta.

Donde «es casi seguro» que se pueda encontrar algún documento sonoro es en los archivos de Radio Stentor, en Buenos Aires, «pero todas las cintas están en un almacén sin clasificar. Bastantes investigadores han buscado grabaciones, pero hasta ahora no han encontrado nada. Confío en que algún día aparecerán».

La ausencia de estos testimonios ha sido el germen de la exposición «La voz de Lorca», que viene «a cubrir ese vacío», explica la sobrina del poeta. El objetivo de esta muestra es abordar «cómo ha permanecido la obra de Lorca a través de la voz de otros, tanto cantada -con grabaciones de distintos artistas recitando sus versos- como en el teatro...». La exposición, «efímera», organizada por el festival Poetas por km2 en colaboración con la Fundación García Lorca y que se celebrará del 2 al 5 de octubre en el Centro Conde Duque, reúne, además de documentos, fotografías y algunos poemas inéditos, distintos objetos sonoros y visuales: «Se va a proyectar la versión que hizo Frederic Amat de “El viaje a la luna”, el único guión de cine que escribió Lorca».

Según indica Laura García-Lorca, el poeta granadino «daba mucha importancia a la voz, y a la manera de leer. Para ilustrar sus conferencias, como, por ejemplo, “Arquitectura del cante jondo”, ponía grabaciones de la Niña de los Peines o de Manuel Torre. Grabaciones que estarán en esta exposición. Es una manera de dar cuerpo a ese documento sonoro que se recompone gracias a su público».

Frente a la escasa historia sonora del poeta, la escrita no deja de crecer a través de diferentes publicaciones. A la más reciente, «Poemas de la Vega» (Galaxia Gutenberg), se sumará en breve otro libro firmado por el hispanista Christopher Maurer «sobre Lorca después de su muerte», adelanta su sobrina, quien reconoce que, aunque «no hay obra nueva, siguen produciéndose distintas interpretaciones» de la que ya existe.

Dominio público

Como responsable de la Fundación García Lorca , institución creada en 1985 que coordina y controla el legado del poeta, asegura que no le preocupa que su obra entre en dominio público en 2016 (ochenta años después de la muerte del poeta). «La labor de la fundación no es de control -matiza-. Nuestra tarea es poner a disposición de investigadores, de lectores y del público la obra de Lorca, que no necesita guardianes. Está ahí a disposición de todos. Nuestra labor es conservarla, preservarla y darla a conocer lo mejor posible. En cuanto a pasar a dominio público, ya lo está de alguna forma. Lo que deja de percibirse son los derechos de autor». Unos ingresos que quedarán restringidos a las traducciones de sus libros.

Pero antes de que llegue esa fecha tendrá lugar un acontecimiento importante: la adaptación operística de la obra de teatro «El público», cuyo estreno mundial tendrá lugar el próximo mes de febrero en el Teatro Real . Un momento que espera con ilusión. Cargada de simbolismos y metáforas, desvela la frustración que sintió el poeta ante su infortunada vida amorosa, que tuvo que mantener oculta debido a su homosexualidad. A pesar de la complejidad del texto, adaptado por Andrés Ibáñez y al que ha puesto música Mauricio Sotelo, considera que el público no tendrá problemas para entenderla. «En ella hay momentos muy emocionantes y cosas muy directas. Es como una cebolla con muchas capas. Es una obra muy impactante que te llega mucho».

El barranco de Víznar

En cuanto a cómo está viviendo las prospecciones geofísicas en busca de los restos de su tío en el barranco de Víznar, habla con sosiego. «Sin duda hay un sentimiento familiar muy fuerte que compartimos todos los sobrinos. Un sentido del deber de lo que significa la memoria histórica. Siempre hemos considerado que el barranco de Víznar es un lugar de memoria, un cementerio que debería ser protegido. Que el hecho de que Lorca esté enterrado, sin distinguir entre todas las demás víctimas, debería garantizar el recuerdo de todas ellas. La idea de rebuscar entre los restos de los fusilados para destacar o distinguir los huesos de Lorca de otros no nos gusta. No existe ningún consuelo en distiguir su tibia de la de otro y tampoco aporta información importante».

Consciente de que todavía queda mucho trabajo por realizar -«no se ha terminado ni siquiera de proteger el lugar»-, no quiere privilegios para el poeta. «Se acaba de colocar una nueva placa en la que nos gustaría que estuvieran todos los nombres de las víctimas y que Lorca ocupara el lugar que le corresponde, en la letra G».

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