Anna Kendrick: «Tenía dudas en repetir con 'Dando la nota'»

Desde que con 12 años debutara en Broadway, Anna Kendrick ha tratado de edificar su carrera sobre una simple máxima: no volver sobre sus propios pasos. Ha protagonizado musicales de éxito como « Into The Woods », éxitos adolescentes como la saga «Crepúsculo» o dramas como « Up in the air », que le valió una nominación al Oscar; pero siempre ha manifestado su negativa a repetir en una saga vampírica o cualquier otro rol que pudiera acercarle a ese cliché del encasillamiento. «Es duro negarse a hacer papeles porque me gusta trabajar, pero durante mucho tiempo solo me han ofrecido cosas idénticas», explica. Hasta ahora, que rompe su propio reglamento. Kendrick vuelve a las pantallas como Beca, la líder del grupo Barden Bellas que logró un taquillazo en 2012 con la cinta musical «Dando la nota».

«La verdad es que tenía dudas en repetir, pero si te soy sincera fue algo que hice porque todo el reparto original, todas las chicas, se apuntaron a hacer una segunda parte y pensé que sería divertido», explica. Su secuela, que en España se estrena bajo el título «Dando la nota aún más alto» aún se frota los ojos ante su propia victoria, consistente en darle un revolcón al blockbuster «Mad Max», con un presupuesto mucho más holgado que la primera parte: «Aunque mi trabajo no sea estar pendiente del resultado de la taquilla, es cierto que esta película la afronté con mucha menos presión que la primera, porque entonces nadie sabía si la fórmula iba a interesar», confiesa. Una receta que podría condensarse en música «a capella», trama universitaria y humor gamberro, a pesar de que a Kendrick se le escapa que en esto último, habría arriesgado aún más: «Hay una broma que me encantaba y que cortaron, que hablaba sobre películas pornográficas y era buenísima. Supongo que lo quitaron porque era un personaje modélico. A mí me va el humor más adulto», confiesa, aunque suaviza después: «Muchas veces me dicen que manifiesto mis opiniones de forma muy fuerte, pero en el fondo soy un ratoncito».

Un roedor que se mueve por instintos y que a un paso de la treintena, aún no ha tenido que arrepentirse por ello: «He tenido muchas ofertas de series de televisión y las he rechazado. Aunque parecieran una apuesta segura porque había gente solvente involucrada, todas han acabado como un fracaso o canceladas. Siempre ha habido algo en mis entrañas que me decía que había algo que no estaba bien», argumenta. «No sé realmente si en el fondo no quiero hacerlo, o qué me ocurre. Quizás es que no he visto nada que me interese, no lo sé, pero no quiero hacer series de televisión», remata.