Crítica de «Dando la nota 2» (**): Una secuela sin gallos sueltos

Desafiante a todo lo serio y creada simplemente para divertir sin más y para la guerra de almohadas entre chicas

Crítica de «Dando la nota 2» (**): Una secuela sin gallos sueltos

j. m. cuéllar

Resulta difícil no establecer paralelismos entre una secuela de este tipo y el dinero. Desafiante a todo lo serio y creada simplemente para divertir sin más y para la guerra de almohadas entre chicas, «Dando la nota» no habría tenido secuela sin haber tocado las entrañas de las jovencitas que en el mundo son.

Y como tal, no se podía esperar otra cosa que ahondar en las claves del éxito: chistes descarados, irreverentes, mucho desparpajo y un buen número de canciones conocidas (muy cercanas al corazón por su antigüedad) que acercan la pantalla a la butaca.

Una vez dicho esto, el filme tiene carencias con los que rellenar un argumento tan manido: las chicas han ganado el premio nacional y el nuevo reto es ganar el título mundial ante unas alemanas que no pueden ser más estereotipadas y carentes de imaginación.

El fuerte de la película es Anna Kendrick, que mide 1,57 pero tiene una fuerte presencia física con su ingenio y ese tono de pizpireta que tiene en su quehacer. Ella y la enorme presencia (en el sentido literal) de la australiana Rebel Wilson, dan empatía a la película que no busca más que eso: olvida las penas y bucea en tus sueños. Igual se hacen realidad.

Dirección: Elizabeth Banks.

Intérpretes: Anna Kendrick, Brittany Snow, Rebel Wilson.

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