Desamparados ante el repunte del VIH

Prueba rápida de saliba elaborada por ONG ImaginaMAS David G-Triadó
Raquel F-Novoa

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Cada día 10 personas son diagnosticadas de VIH en España. Según el último informe del Ministerio de Sanidad y datos recogidos por las ONG esta enfermedad registra alrededor de 4.000 nuevas transmisiones al año , una cifra que crece de forma alarmante desde 2009. Las tablas estadísticas revelan que afecta cada vez a un perfil más joven , las cifras oficiales sitúan en un 21% de los nuevos infectados entre las edades de 25 y 29 años, un 13 % entre 19 y 25 años y un 3% son menores de edad, concretamente jóvenes entre 15 y 19 años.

Daniel Jiménez, mediador de eventos en VIH y Relaciones Institucionales de la ONG ImaginaMAS, confiesa que 1 de cada 3 varones que acude a hacerse la prueba rápida de saliva en su ONG obtiene un resultado positivo.

VEA EN EL VÍDEO SUPERIOR CÓMO SE PRACTICA UNA PRUEBA

Los olvidados

«No interesamos a las instituciones porque somos un 4% de la población». «De cada 1.000 gais se infectan 300 y de cada 1.000 heterosexuales se infectan 2»«La gente ha perdido conciencia sobre el VIH y no se protegen», indica Daniel Jiménez, que defiende que se debería dar más cobertura a los proyectos informativos elaboradas por las ONG.

Andrés Quinteros , director de CETRAD (Centro de Adicciones de Madrid ) señala que «en la década de los 80, cuando comenzó a morir gente sin conocerse el motivo, las campañas estatales y la cobertura mediática surtieron efecto, esos apoyos son inexistentes ahora». La posición de Ferrán Puyol , director de Barcelona Checkpoint , va más allá en su reivindicación: «El reclamo de campañas es un discurso simple que acusa al individuo y exculpa a la Sanidad Pública de ser incapaz de dar una solución efectiva a un problema que arrastra desde hace 35 años»

Puyol acusa tajante a las instituciones de olvidar a su colectivo , en parte -según él- por razones morales, y también porque sólo constituye un 4% de la población sexualmente activa. Las estadísticas son claras: «De cada 1.000 gais se infectan 300 mientras en personas heterosexuales de 1.000 personas se infectan 2».

Según los datos recogidos por su equipo de trabajo «en una primera relación carnal entre hombres, el índice de uso del preservativo es muy alto, pero es cuando las relaciones se perpetúan en el tiempo cuando deja de usarse por motivos de corte humana y fisiológica, como también sucede entre parejas heterosexuales. La gente no ha dejado de usar condón, lo que pasa es que no lo usan siempre ».

El psicológico es otro de los factores a tener en cuenta: «La baja autoestima lleva a muchas personas a descuidarse en el uso del preservativo. Otro de los factores importantes es el estado de enamoramiento en el que depositas tu plena confianza en la pareja y nunca imaginarías que te estuviera exponiendo».

Desestigmatizar el VIH, una asignatura pendiente

«Que una gota de sangre no nos diferencie» es el lema que Daniel Jiménez hizo suyo desde que sus jefes lo despidieron de la empresa en la que trabajaba cuando se enteraron de su enfermedad. El suyo fue el primer despido demostrable en España por padecer VIH. En el año 2015 ganó la batalla en los tribunales y se convirtió en cabeza visible de esta reivindicación.

Dani admite no tener vida privada desde entonces, su caso es paradigmático: le transmitió el virus la pareja con la que convivía desde hacía años, que desconocía ser seropositivo. Después lo abandonó tras enterarse del contagio: «es el vivo ejemplo de un serófobo , le pasa a muchas personas infectadas, se odian a sí mismas por tener el virus y odian a su entorno cuando lo contrae».

Opina que se necesitan campañas destinadas a normalizar el VIH : «una persona diabética puede confesarlo públicamente sin ser estigmatizada, queremos lo mismo para nosotros».

Infectarse de VIH no supone morirse a día de hoy, pero sigue sin tener cura, Dani defiende que «hay que normalizarla para que la gente se libere del peso de ocultarlo, pero a la vez no se le puede perder el miedo». Un difícil equilibrio, ya que otra de las vertientes que preocupa a los expertos es la tendencia de los más jóvenes la despreocupación ante el contagio, incluso el deseo de contraerlo manifestado por muchos, para así s er indetectables y arrancar de su conciencia la pesada losa del preservativo.

Juan Martínez tiene hoy 28 años y contrajo la enfermedad con 19, confiesa que sufrió un «auténtico infierno» durante los tres años que lo ocultó a sus padres. Mientras se lamenta de su contagio manifiesta que lo exaspera escuchar a los jóvenes de su entorno decir que «con una pastilla al día se arregla todo» porque, «hasta que no lo vives en tu carne no te das cuenta de que estás atado de pies y manos a una medicación carísima para toda tu vida», y añade que «encima sientes un vacío inmenso al ocultarlo a tus parejas por el temor a que te rechacen».

Una de las causas del repunte en el contagio apunta directamente a la nociva relación entre el sexo y las drogas que se manifiesta en las denominadas Chemsex , fiestas sexuales bajo los efectos de estupefacientes, que se celebran a diario en pisos de todas las ciudades españolas y se promueven de forma encubierta en algunos festivales gais.

Una práctica habitual en estas fiestas es el slam , que consiste en mezclar dos drogas diferentes (tina y mefedrona) que favorecen el rendimiento sexual despertando los sentidos y energizando al consumidor. Entraña evidentes peligros para la salud, pero en lo relativo a la transmisión de venéreas el principal riesgo es su consumo por vía intravenosa y la irresponsable costumbre de compartir las jeringuillas. Además, la enajenación mental y la sensación de despreocupación que producen las drogas incrementan las exposiciones de riesgo, ya que muchas personas olvidan utilizar el preservativo o tomarse la medicación pertinente.

Otra de las principales amenazas en las que se están enfocando los nuevos estudios es la interacción de determinadas sustancias en la medicación contra el virus. Los elevados índices de consumo de drogas son un elemento a tener en cuenta ya que determinadas sustancias pueden mermar el efecto de la medicación o incluso anularlo . Se está estudiando también la posibilidad de que estas sustancias puedan ocasionar resistencia vírica y el afectado pueda pasar de ser indetectable a detectable”.

Profilaxis preventiva o «la pastilla del día antes»

La profilaxis pre-exposición o PrEP, es un medicamento antirretroviral que previene del VIH. Se aprobó en España en 2.015, sin embargo, todavía no está en el mercado debido a las elevadas polémicas que despierta. Una cuestión que indigna tanto a los colectivos de riesgo como a las diferentes agrupaciones que luchan contra la epidemia.

Francia fue el primer país en comercializarla mediante métodos de copago, actualmente también Portugal, Bélgica, Luxemburgo y Noruega ofrecen esta posibilidad. Incluso en Reino Unido se tiene acceso a ella pagándola en farmacias.El caso de España es muy particular, ya que no se comercializa a pesar de ser uno de los países de la UE con mayor número de nuevas transmisiones.

Ferrán Puyol recuerda el intenso debate entre el Ministerio de Sanidad y el Comité de Bioética Español tras la consulta realizada por el primero acerca de si era ético o no comercializar una medicación de coste tan elevado cuando existe una alternativa económica para el contagio, el preservativo. La resolución final del Comité de Bioética Español fue afirmativa, dado que el deber de la sanidad pública no es medir en términos económicos sino humanos y, en este caso, prima impedir que el mal se produzca.

Sumario

Gesida el grupo de estudio estatal sobre SIDA, también emitió sus recomendaciones favorables a la preventiva el pasado mes de junio pero hasta la fecha no ha obtenido respuesta. Sin embargo, el Ministerio todavía no ha pactado ni siquiera el precio con la empresa farmacéutica , un hecho sin precedentes en comparación con los vecinos europeos.

La postura de Ferrán Puyol abre llagas en todos los eventos de debate: «¿Cuántas chicas se toman en España la píldora para evitar un embarazo sin tener en cuenta las enfermedades de transmisión sexual?, ¿Por qué un hombre no puede tomarse una pastilla también para evitar contraer una enfermedad gravísima? Una mujer que toma píldoras anticonceptivas es muy responsable porque se cuida de un embarazo no deseado pero un hombre gay que se quiere medicar para evitar contraer una enfermedad incurable es un irresponsable que lo único que quiere es tener sexo sin condón. Las instituciones en España tienen una buena herramienta y no la usan, ¿Por qué?».

El retraso en la llegada de la medicación preventiva provocó un ascenso en la compra de estos fármacos a través del mercado negro en internet En muchos dominios es fácil encontrarse la pastilla, que en la mayoría de los casos es importada de los países de Europa en los que ya es legal, el problema es que en muchos casos son adquiridas en páginas fraudulentas que sirven un producto adulterado también, aunque los expertos insisten en que esto ocurre en muy pocos casos. COSTE.

En diferentes ONGS como Apoyo Positivo, Barcelona Checkpoint o ImaginaMAS atajaron el problema y decidieron abrir departamentos específicos para dar información y seguimiento a estos consumidores que adquieren las pastillas por vías alternativas.

No sólo un problema de hombres

«No olvidemos que este repunte de la enfermedad incluye a personas heterosexuales y mujeres». Un 30% dentro de ese marco de contagios son mujeres , las cifras son menores debido, en parte a la biología. Las paredes uterinas son cóncavas y eso provoca que las posibilidades de contraer enfermedades venéreas disminuyan. En el caso de los hombres, las superficies del interior del ano son rugosas, lo que lo convierte un entorno más favorable. Según indica Ferrán Puyol, las penetraciones por vía anal son 18 veces más peligrosas que por vía vaginal .

Dani confiesa haber consolado a muchas mujeres sorprendidas tras obtener un resultado positivo en su consulta: «Es especialmente dramático, porque no se lo esperan. El último caso que he vivido me sobrecogió, porque se trataba de una chica de menos de treinta años y heterosexual, un perfil infrecuente. Su marido solía acostarse con prostitutas transexuales y le transmitió el virus. Lo peor de todo es que tanto su familia como su pareja la repudiaron al conocer su estado de salud».

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