música

El nivel artístico de los directos salva un MBC Fest menos multitudinario de lo esperado

Unos 12.000 asistentes vibran con Future Islands, Ash y The Horrors

El nivel artístico de los directos salva un MBC Fest menos multitudinario de lo esperado paula prats

M. MOREIRA

El MBC Fest de Sagunto cerró el domingo una primera edición no exenta de obstáculos, pero que consiguió salvar los muebles. El balance ofrecido por la organización ha sido suficientemente satisfactorio –12.000 personas a lo largo de tres jornadas, 7% de ellos extranjeros– como para anunciar ya la convocatoria del año que viene. El director del evento, Juan Carlos Vidal, ha avanzado que el evento se emplazará de nuevo y «con toda probabilidad» durante la Semana Santa de 2016, aunque no aseguró su ubicación en la explanada anexa a las antiguas naves siderúrgicas de Sagunto. Y es que uno de los escollos que tuvo que solventar el MBC Fest en esta edición fue el más duro de cuantos pueden sucederle a un macroevento: quedarse sin ubicación a pocas semanas de su inicio.

Un malentendido con los permisos que debía aprobar el Ministerio de Industria (titular de los terrenos a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) obligó al festival a buscar una alternativa de emergencia. Desestimada la opción de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, cuyas instalaciones estaban ya comprometidas para otras actividades, surgió la de Feria Valencia, una localización poco atractiva y que desmontaba la imagen de festival «industrial chic» que se había vendido al público. El problema se desbloqueó in extremis gracias a la intermediación del alcalde de Sagunto, el popular Sergio Muniesa, que no estaba dispuesto a renunciar al MBC a menos de dos meses de las elecciones locales. También el presidente Alberto Fabra «movió hilos» a favor de este proyecto. Hace ya muchos años que los gestores políticos entienden el rédito social y económico que anida detrás de los encuentros musicales multitudinarios.

Con todo, el festival saguntino abrió sus puertas en tiempo y forma el viernes 3 de abril. A pesar de que tratarse de un festival de nuevo cuño e impulsado con capital cien por cien privado –su promotor es Manuel Broseta, hijo del abogado asesinado por ETA en 1992–, las instalaciones estaban a la altura de un encuentro veterano. Por momentos demasiado ambiciosas para el desalentador número de personas que avalaron la primera jornada, copada sobre todo por artistas nacionales como Los Punsetes, Grupo de Expertos Sol y Nieve y Mujeres, además del grupo de indie pop neoyorquino The Pains of Being Pure at Heart.

El sábado se enderezaron las cosas gracias a un cartel en el que, esta vez sí, había novedades destacables. No era la primera vez que Javiera Mena actuaba en la Comunidad Valenciana, aunque sí la primera ocasión en la que lo hacía frente a una gran audiencia (que sin embargo difícilmente llegaba a la mitad de los 8.000 asistentes diarios con los que contaba la organización). La cantautora chilena, una suerte de Lady Gaga latina cuya proyección internacional está creciendo exponencialmente, levantó al público con un espectáculo irónico, energético y muy efectivo. Era el inicio de una noche de conciertos que se sucedió con puntualidad suiza y con buen sonido. Los catalanes Standstill, siempre abrigados por la fidelidad de su público, pusieron en escena una selección de varias etapas de su repertorio. Le siguieron The Horrors –etéreos, muy cool… un recurso infalible en los festivales–; Carl Barât –la otra mitad de los Libertines– y Future Islands, que demostraron que efectivamente son una de las bandas más carismáticas del momento. Qué duda cabe que su inclusión en el MBC fue todo un acierto.

Se dejó para la última jornada del festival las actuaciones destacadas de Ash –pocos programadores se resisten a rendir tributo a la escena pop de los noventa–, la estrella británica del synth-pop o La Roux o los «levantapistas» 2 Many Dj’s.

Así se remató la primera edición de un festival que deja la sensación de haberse quedado a medio camino. La presencia de las artes escénicas, que a tenor del título del festival (Music Beyond Comedians) se entendía que compartía protagonismo con la oferta musical, quedó en realidad relegada a un segundo plano. La idea era buena –como demuestra la programación de piezas como la de Los Corderos+Za!, perfecta simbiosis de teatro y música experimental–, pero quizás no ha dado de sí todo lo que podría. Lo mismo ocurre con el maridaje de ilustradores y bandas de música –se pidió a varios artistas que crearan carteles in situ inspirados en grupos del cartel–; una propuesta sencilla y muy oportuna que desgraciadamente se perdieron la mayoría de los asistentes.

Siempre hay que celebrar que continúen surgiendo en nuestro entorno proyectos culturales valientes e interesantes, pero cabe preguntarse si el concepto indie rock/pop electrónico no está ya sobradamente copado. El futuro pasa necesariamente por la especialización. No cabe sino observar el éxito de festivales como el Resurrection Fest de Viveiro (centrado en el heavy metal y hardcore, y aún así con más de 30.000 asistentes, y subiendo). En lugar de competir por grandes públicos, quizás sería mejor estrategia salir a pescar audiencias -nicho en mares poco surcados

El nivel artístico de los directos salva un MBC Fest menos multitudinario de lo esperado

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación