El Valencia frena ante el Villarreal

Empate sin goles en el duelo de rivalidad autonómica, que el Atlético aprovecha para volver a ser tercero

El Valencia frena ante el Villarreal EFE

RAÚL COSÍN

Presionó el Atlético el sábado con su victoria ante el Córdoba. Dormían los rojiblancos en el tercer puesto de la Liga en ese bis a bis que tienen con el Valencia. Y los de Nuno Espirito Santo, ayer, en Mestalla, de donde solo el Barcelona (tres puntos) y Athletic (uno) rascaron esta temporada, tropezaron para ceder el cajón de bronce y dar un paso atrás. El Villarreal, en un duelo gris de rivalidad autonómica con tintes europeístas, dio por bueno el empate sin goles. Ganó lo granítico de las defensas. Todavía más se debieron emplear a fondo Asenjo y sus zagueros en el tramo final, pero se quedó en un intento inocuo para los valencianistas. Rugió Otamendi cuando finalizó el encuentro. Al bravo central argentino, imagen de este Valencia, mostró en rostro y con gestos el dolor de haber perdido la oportunidad de volver a dar un golpe de mando tras un duelo extraño fútbol para los locales. También para los villarrealenses.

Ni lustre, ni precisión, ni fútbol más o menos ordenado. Espesísima primera parte entre el Valencia y el Villarreal, que no dio ni para acciones de peligro, ni para destacar nada más que lo soporífero del juego. Impreciso. Errático. Quizás tuvo unos minutos de protagonismo el conjunto de Marcelino en los primeros instantes. Una cortina de humo. Algún flirteo con la portería de Diego Alves, pero nada más.

Ganó el juego roto, sin orden, a pelotazos por momentos. No faltó intensidad, al menos de eso hubo. Era partido en esos momentos para lo granítico de las defensas. Pero sí se echó de menos en Mestalla en los primeros 45 minutos mucha más templanza para generar fútbol. Lo justo fue que al descanso se llegase con empate a nada.

Golpe de espejo

Se repitió el formato tras la reanudación. Dos conjuntos con dibujos tácticos ligeramente diferentes, pero con planteamientos exactos. Un choque frontal. Como si se mirasen en un espejo sin saber que era su reflejo golpeándose una tras otra vez. El atasco en los futbolistas que debían orquestar por el centro era evidente. En el Valencia, Javi Fuego siempre estuvo notable en su labor. Pero Parejo y André Gomes no generaban, como tampoco lo hacían Pina y Trigueros para los castellonenses. Las bandas, normalmente dinámicas en uno y otro equipo, no tenían buena profundización. Ganaban las defensas. Férreas. Serias. graníticas. Solventes casi siempre.

Pasada la hora de partido, pareció que el Valencia le cogía un poco mejor el pulso a lo que sucedía en el verde de Mestalla. Logró pausar las ideas. Templar esos nervios de los partidos de rivalidad autonómica, entremezclados con las obligaciones europeas.

Insistencia local

Llegó la primera gran ocasión del encuentro en el minuto 70. Rodrigo, que le dio algo diferente y veloz a su equipo desde que saltó al césped, buscó la diagonal desde la derecha y chutó duro y cruzado. Asenjo rechazó y el balón le quedó a Paco Alcácer, cuyo remache lo sacó el meta con los pies. Hubo un remate más y Asenjó lo atajó. Minutos después Negredo probaba una chilena sin premio antes de que entre Musacchio y Asenjo solucionasen otra oportunidad del vallecano.

Acomodaba el Villarreal el punto. Buena suma en una visita como Mestalla. Pero a los de Nuno Espirito Santo les era poco después de los triunfos de sábado del Atlético y del Sevilla. Perseveraron los locales en los instantes finales en su intención ofensiva a la postre inocua.

El Valencia frena ante el Villarreal

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