Kilómetros de experiencias
Marta Fernández de Castro brilló en el atletismo, pasó al triatlón y transmite su experiencia como entrenadora
Mantener siempre la ilusión por conseguir los retos planteados. Tener, incondicionalmente, la disciplina que exige el deporte de alto rendimiento. Creer en un mismo, sabiendo que nada viene regalado y que el talento sin trabajo, sin sacrificio, no suele tener recompensa. Conceptos lógicos y siempre subrayables cuando la vocación deportiva es veraz y limpia y férrea. Supuestos que pueden entenderse como obvios, pero en ellos hay que faenar siempre y tener calidad transmisora para trasladar a otros las experiencias. Todo ello lo lleva en su mochila vital Marta Fernández de Castro (Valencia, 19/8/1971), que brilló en la larga distancia del atletismo, que compite incombustible en triatlón, y que traslada esos conocimientos acumulados como entrenadora responsable del mediofondo y fondo del «Valencia Terra i Mar» o en el «Team 3FdC». La valenciana, bregadora ante las metas que se pone o le plantean, prepara ahora, superadas las lesiones tras una caída en bici, el campeonato de España de medio Ironman. No descarta medirse en un Ironman en 2016.
Tenía siete años cuando cogió un berrinche por no poder participar en una «Volta a Peu» a Valencia con su padre y sus hermanos. Un año después se celebró la primera edición para niños. Participó y ganó: «Desde entonces supe que era mi deporte». Marta, arropada en casa en esos inicios, comenzando a correr en el colegio y por la Alameda, ingresó pronto en el «Valencia Terra i Mar» –entonces Valencia C.F.– (1985). «Coincidí allí con Rafa Blanquer, una persona que me transmitió su pasión por el atletismo», mantiene, al tiempo que recuerda que «me enseñó la disciplina de este deporte, a empezar primero con distancias más cortas. Me costó decidirme por la larga distancia, que fui conociendo con Ernesto Pérez. Al principio, me veía mejor en distancias más cortas, en pista, en los 1.500 hasta los 3.000 metros. Ya tarde, con 29 años, corrí mi primer maratón».
Se fue fogueando. Tenía las cualidades precisas, además de lo innegociable de la disciplina y la capacidad de sacrificio. Muchos capítulos escritos en la larga distancia. Bucea en su recorrido y refrenda alguno de ellos: «Sobre todo, me acuerdo del maratón de Rotterdam. Me jugaba la plaza para el Mundial de Edmonton. Me pedían 2:33.00 e hice 2:32.51. Iba desde el kilómetro doce arrastrando una lesión y un poco enganchada. Cuando llegué al kilómetro cuarenta vi el reloj y me dije: ‘O me dejo la piel o me voy a arrepentir toda la vida’. Empecé a apretar y conseguí la mínima por nueve segundos. Me dejé el alma, pero valió la pena».
Incontables carreras, pruebas y citas. Abraza con especial cariño el recuerdo del campeonato de España de cross de 2001, en el que estaba en juego una plaza para el Mundial. Lo logró y cumpliendo una promesa: «Antonio Ferrer, el presidente del ‘Valencia Terra i Mar’, había fallecido hacía tres días. Prometí que llevaría una medalla para Antonio. Entré segunda a un segundo de la primera». El cross siempre fue especial para ella y en el hoy destaca a Diana Martín.
«De mi etapa como atleta no olvidaré la Universiada de 1999, donde conseguí la medalla de bronce en media maratón en los últimos metros. Ni mi primer maratón en Rotterdam (2000)», asegura.
Paso al triatlón
Engordó su hoja de servicios en el atletismo con notables logros nacionales e internacionales, pero en 2008 decidió poner punto final. Reconoce que físicamente se seguía encontrando bien, pero necesitaba un cambio de aires. Marta, en cuya vida el deporte es todo, apareció por las puertas del triatlón. «Unos amigos con los que solía correr fueron el motivo por el que me interesé por el triatlón. Mi hermana me dejó una bici de carretera y salí. Me encantó», significa la deportistas valenciana, que se enamoró de la bicicleta y progresivamente puso empeño en trabajar la natación para cubrir los segmentos del triatlón. Competitiva siempre, aunque aplicando un rigor diferente al atletismo, quedó atrapada por el triatlón.
Marta está ligada, a sus 43 años, siete días a la semana al deporte. Y en gran parte a la formación en el «Valencia Terra i Mar» y en la vertiente popular como entrenadora de su equipo. Y a unos y otros les traslada lo que el deporte le ha supuesto en su vida. «Intento ayudarles en la formación y en el trabajo en el atletismo. La clave está en que puedo explicarles, porque lo he vivido en mi piel, y aconsejarles a afrontar los momentos en los que las cosas salen, pero, sobre todo, en los que no llegan los resultados esperados», dice.
Marta, apasionada, ensalza el papel de las mujeres y subraya nombres importantes para el deporte español: Beitia, Montaner, Carrascosa, Fernández o Almudena Muñoz, en una lista inagotable.