El Villarreal empata a nada en Almería

No le faltó intensidad al duelo entre el Almería y el Villarreal, pero sí eficacia. Y tuvieron ocasiones propios y extraños. Algunas, rotundas y de fallo incomprensible. Hemed, para los locales, y Pina, para los visitantes, tuvieron en el segundo tiempo la oportunidad de dar ventaja a sus respectivos equipos y seguramente matar el encuentro. Un punto para el zurrón de cada uno. Casi de escaso valor, cuando se coge la recta final de la temporada y unos quieren escapar de la zona de descenso y los otros que no se les esfume el sueño europeo.

Herido todavía tras la derrota europea ante el Sevilla, el Villarreal arrancó con una clara vocación ofensiva ante el Almería. Su versión de fútbol habitual, pero además espoleado por el marcador continental. Y gobernó con rotundidad en los primeros instantes del partido. Procuró llegar por los costados. Incisivo estuvo Joel Campbell. Los de Juan Ignacio, firmes en la retaguardia, procuraron hilar contragolpes.

Los almerienses se despegaron de la portería de Julián progresivamente. Se desquitaron del empuje inicial de los castellonenses y comenzaron a asumir protagonismo en su estadio. Las referencias eran claras: Thievy y Hemed. La intencionalidad andaluza se formuló con efectivo peligro hacia la portería de Asenjo. Con velocidad, y buenas diagonales, agrietaron la defensa villarrealnese. No obstante, en una recuperación en el centro del campo a falta de cinco minutos para el descanso, Gio salió directo y solo hacia la meta del Almería y Mauro lo freno en falta. Roja. Los locales se quedan con uno menos.

Juan Ignacio decidió recomponer el equipo dando entrada a Fran Vélez. El asunto es que sentó a Thievy –uno de los futbolistas más peligrosos de su equipo–. Recuperó el pulso al partido con más eficiencia el Almería. El reajuste del técnico resultó. Las llegadas, entonces, percutían por la derecha con Wellington Silva. A éste lo cortó en falta Jaume Costa en una profundización camino de la hora de partido. Segunda amarilla para el lateral del Villarreal y las fuerzas se igualaban en número.

Quiso reencontrarse con su fútbol el equipo de Marcelino. Quizás menos velocidad, pero sí compostura y diligencia a la hora de mover el balón. Buenas transiciones. Pero por momentos, excendiendo en lo horizontal. El Almería, firme en sus ideas, con el empuje que inyecta la angustia de la zona de peligro de la tabla, procuró mantenerse voraz. Pudo Hemed adelantar a los locales, pero, ya con Asenjo batido, finalizó con un chut por encima del larguero.

El partido se enfocaba hacia un final sin dueño y con alternancia. Más cerca estaba el gol local que el visitante. Bien es cierto que Marcelino tiró de estrellas sacando a Cheryshev y Vietto. Si pifió antes Hemed, a falta de diez minutos, erró incomprensible Pina en un balón en el segundo palo a centro (de gol) de Cheryshev. Roto el final del partido, con un Villarreal más entero, pero poco efectivo, la emoción se midió hasta el final.