El coste de los grandes eventos no llega al 10% de la infrafinanciación
Gasto, despilfarro y corrupción. El mantra que repite la oposición política en las últimas dos legislaturas se puede matizar a poco que se hurgue en los números señalados en rojo por la izquierda parlamentaria, fundamentalmente agresiva con la política de grandes eventos del Consell bajo gobiernos del Partido Popular.
La Generalitat defiende desde el año 2012, con un informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) que el coste de los grandes eventos no llega a suponer ni siquiera el 12% de la deuda que tiene la Comunidad Valenciana.
El último informe en este sentido, sin embargo, contempla el retorno que han tenido estos grandes eventos tanto en liquidez, como en creación de puestos de trabajo acumulados desde el año 2002 –unos 280.000–, así como el número de visitantes (7,5 millones) y sus correspondientes gastos en sector hostelero.
Descontando las inversiones necesarias para la celebración de esos grandes eventos tan denostados por la oposición, la cifra de gastos no llega a los 1.200 millones de euros. Esto representa apenas el 3,2% del total de la deuda pública de la región cifrada a finales de 2014 en 37.376 millones de euros y no llega al 10% de la infrafinanciación que sufre la Comunidad Valenciana y que está cifrada en el acumulado histórico en uno 12.000 millones de euros.
Las conclusiones son compartidas por el economista y miembro del IVIE Vicent Cucarella quien en su libro «El finançament valencià, de la submissió al canvi necessari» cifra la infrafinanciación en 11.600 millones de euros, por lo que la inversión en grandes eventos no supondría ni siquiera el 10% del maltrato financiero que sufren los valencianos.
Inversión compartida
La Volvo Ocean Race, El Open 500 de Tenis, La Fórmula Uno o la Copa América de Vela no estarían pues –número en mano– detrás de la delicada situación financiera de la región, ya que las inversiones de esos 1.200 millones de euros fueron compartidas en muchos casos por la Administración central, aunque fuera a través de créditos del ICO.
Y es que el gasto de la Comunidad Valenciana se mantiene en los últimos doce años por debajo de la media española en un porcentaje cercano al 20% con cifras que demuestran esa austeridad forzada como la contratación de un 12% menos de trabajadores públicos que el resto de gobiernos autonómicos.
Esta actividad mostraría el principal problema para las arcas de la Comunidad que no es el exceso de gasto o despilfarro en boca de PSPV, Compromís o EUPV sino en la falta de ingresos adecuados a la media estatal.
El gran reto del Gobierno valenciano de Alberto Fabra para la próxima legislatura, si vuelve a tener el apoyo de los valencianos en las elecciones del 24 de mayo será, sin duda, la reforma del sistema de financiación que ha sido imposible resolver en el actual mandato. En cualquier caso, los principales parámetros están diseñados ya con el Ministerio de Hacienda para avanzar rápidamente en su ejecución.