economía
La Ciudad de las Artes de Valencia pasará a manos privadas un mes antes de las elecciones
La adjudicación culmina una legislatura en la que se han recortado en 1.500 millones el gasto en empresas públicas
La gestión de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia pasará a manos privadas un mes antes de la celebración de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo. El Gobierno que salga elegido de las urnas no podrá dar marcha atrás al menos en los quince años que prevé el contrato. De acuerdo con fuentes conocedoras del proceso consultasas por ABC, la Generalitat tiene previsto adjudicar el concurso para la externalización del Hemisféric, el Ágora, el Museo Príncipe Felipe y el Oceanogràfic a finales de abril. Antes, este mismo mes, se conocerá la criba de las ofertas técnicas , aunque las mismas fuentes explican que la calidad de los proyectos presentados hará que la propuesta económica resulte determinante en la adjudicación del concurso al que optan Rain Forest Valencia (gestora de Bioparc) en alianza con Costa Edutainment, EFS e Italian Entertainment Network; Aspro Parks; y Aguas de Valencia, que va de la mano de KET gestión y del Acuario de Vancouver (Canada). Todas ellas cuentan con socios con experiencia en gestión de parques, pero la alianza de Aguas de Valencia con una entidad sin ánimo de lucro como la canadiense le hace partir como clara favorita a la hora de poder presentar las oferta económica más ventajosa, de acuerdo con las fuentes.
Según la Generalitat, las tres ofertas responden a «firmes apuestas empresariales de reconocido prestigio y posicionamiento internacional en los diferentes ámbitos objeto de la licitación y que desde el inicio del presente procedimiento y a lo largo de todas las fases de consultas y visitas a las instalaciones han mostrado un profundo interés y motivación en el objeto del concurso».
Política de grandes eventos
El Partido Popular acabará la legislatura con la privatización de la gestión de la Ciudad de las Artes y culminará de esa forma un proceso de reestructuración del sector público sin precedentes en la historia democrática.
El Consell de Alberto Fabra optó en 2011 por dar una vuelta de tuerca a la política de grandes eventos ( eliminó la celebración del Gran Premio de Fórmula Uno ) y por racionalizar el sector público. Al comienzo de la legislatura, el Gobierno autonómico tenía registradas 82 entidades de carácter público, que han quedado en menos de la mitad. De acuerdo con datos del Ministerio de Hacienda, la Generalitat ha sido la Administración española que mayor esfuerzo ha realizado en esta materia, aunque ha supuesto un claro coste en términos de imagen.
El cierre de RTVV
La reestructuración ha supuesto un ahorro claro para las arcas públicas (las aportaciones de la Generalitat a las empresas públicas, fundaciones y organismo autónomos se han reducido en más de 1.500 millones de euros), pero ha estado acompañada de pérdidas de empleo: más de 3.600 personas han sido despedidas. El cese de las emisiones de Radio Televisión Valenciana (RTVV) y la liquidación –todavía en curso– de la empresa, constituye el principal ejemplo de la política puesta en marcha por Fabra. El peso del sector público ha pasado de representar el 17 por ciento del presupuesto anual a poco más del siete por ciento.
La externalización de las Ciudad de las Artes y las Ciencias se sumará a la del aeropuerto de Castellón . La gestión de la infraestructura fue adjudicada a la multinacional canadiense Lavalin. Contra pronóstico, la firma ha sido capaz de poner en marcha una infraestructura inaugurada hace ahora cuatro años, que supuso una inversión de 150 millones de euros, y que hasta la fecha no ha albergado más que dos vuelos.
El modelo de Lavalin
La colaboración del sector público (la Generalitat tiene el 98 por ciento de las acciones del recinto y la Diputación de Castellón el dos por ciento restante) con el privado ha resultado clave para garantizar la viabilidad de la infraestructura.
El acuerdo cerrado con Ryanair para implantar rutas regulares (al que se sumarán otras compañías en breve) sirve para poner en valor una inversión pública. Con la Ciudad de las Artes y las Ciencias se pretende seguir un esquema similar, con el objetivo de rentabilizar una infraestructura a la que se han destinado más de mil millones de euros.