EL PROBLEMA DEL AGUA
El Júcar-Vinalopó se reactiva con agua de Alarcón para abaratar el bombeo
El acuerdo, ya cerrado, garantiza para el verano caudal de riego al Vinalopó desde Cullera y agua potable para abastecer a la población en L’Alacantí
El trasvase Júcar-Vinalopó se ha desbloqueado definitivamente , y será realidad en breve con aportes de agua desde el pantano de Alarcón que permitirán abaratar el coste de bombear caudales desde la parte baja del río valenciano, en la toma del Azud de la Marquesa.
El esperado acuerdo ya está cerrado y tan solo resta que el Ministerio de Medio Ambiente le dé carta de naturaleza y habilite los trámites para el envío del agua, con esta solución salomónica que no hiere sensibilidades ni en Valencia ni en Alicante. Para Ángel Urbina, portavoz de la Federación Provincial de Regantes de Alicante, «no es la solución ideal, pero es un plan para garantizar el equilibrio financiero, al conjugar el agua de regadío para el Medio Vinalopó y el abastecimiento humano para los municipios de la comarca de L’Alacantí».
Renuncia a Cortes de Pallás
La fórmula elegida ya se había anunciado y consiste en la transferencia de caudales desde el pantano de Alarcón y, con el dinero extra por el precio del agua potable para la población –más cara que la de regadío–, compensar el coste de bombear desde unos 800 metros desde el cauce del Júcar, que habría resultado «inviable» para los agricultores sin estos fondos.
Obviamente, para el campo alicantino sigue siendo preferible la toma original en Cortes de Pallás, pero por ahora parecen conformarse con esta doble vía de llegada del agua más las transferencias del Tajo-Segura.
En principio, para el periodo estival quedan cubiertas las necesidades hídricas de las zonas más necesitadas, como el campo de Crevillente y el norte de Elche, Monforte del Cid, Aspe y Hondón de las Nieves. De hecho, el año pasado ya se tuvo que decretar un riego de socorro por la urgencia para evitar males mayores en esta área de la comarca del Vinalopó.
«Ahora solo queda que desde el Ministerio sean rápidos y consecuentes» para agilizar al máximo la puesta en marcha de este esperado trasvase, explican los regantes.
Benidorm, un ejemplo
Las transferencias de «caudales foráneos», como ahora el Júcar-Vinalopó, salvaron de las penurias un sector tan estratégico para la economía regional como el turismo en su «capital» por excelencia, Benidorm, como «garantía última en sequías muy prolongadas e intensas», tal como refleja el libro recién publicado «Consorcio de aguas de la Marina Baja. Gestión convenida, integral y sostenible del agua», de Antonio Gil Olcina y Antonio Rico Amorós.
El primero de los autores, director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, resalta que la solución encontrada para asegurar los recursos hídricos en una zona tan árida es « un ejemplo realmente inmejorable no solo en la provincia de Alicante, sino en todo el territorio español », con la combinación de varias medidas, como la dotación de una infraestructura como la conducción Rabasa-Fenollar-Amadorio, con la que desde la Mancomunidad del Taibilla se puede proporcionar agua en casos de emergencia a Benidorm, o los acuerdos con comunidades de regantes en Villajoyosa y otros.
Porque no se puede obviar que este problema se acaba solventando con compensaciones económicas para los cedentes de caudales. Gil Olcina puntualiza que la adquisición de agua ya venía contemplada en la Ley de Aguas de 2001 y, de hecho, los representantes de la agricultura alicantina llevan años ofreciendo acuerdos con los bancos de agua.
El trasvase Júcar-Vinalopó también aparece desmenuzado en detalle en las páginas de este libro, y el catedrático aporta argumentos técnicos acerca de la mejor opción de la toma original, «la solución verdadera» al procurar «agua de calidad también para abastecimientos urbanos» y no la desembocadura.