El Gobierno propiciará un pacto como el del Tajo para el Júcar-Vinalopó

A. C.

El Gobierno ultima para el trasvase Júcar-Vinalopó una solución similar a la que aplicó en el Tajo-Segura, que pasó por la aprobación de un Memorándum que dio a la transferencia rango de ley, y «estableciendo unas normas que darán seguridad jurídica y tranquilidad a los agricultores», según explicó ayer la ministra Isabel García Tejerina, quien trasladó también que «se acabó la discrecionalidad» en que vivían en algunas comunidades.

La titular de Agricultura visitó ayer Valencia en plena controversia por los efectos de la sequía, ante los que el Gobierno responderá con sendos reales decretos que afectarán a las demarcaciones del Júcar y del Segura. El peor ciclo seco en décadas precisa de soluciones de emergencia, pero la ministra (que inauguró junto al comisario europeo del ramo el congreso nacional de cooperativas) argumentó que el Gobierno «ha hecho muchísimo en materia de agua», y para comprobarlo «hay que ver dónde estábamos en el año 2012» cuando llegaron al Gobierno y cuando España tenía una obligación con la Unión Europea, que era «tener aprobados los planes de cuenca en 2009 pero no había nada hecho». «Llevábamos ocho años de retraso, hemos tenido que trabajar muchísimo, hacer el trabajo de los ocho años anteriores», según incidió la ministra, quien explicó que se han dado los pasos necesarios para abordar ese sistema integrado del agua trabajando «con la máxima velocidad».

El siguiente objetivo pasa por dotar de viabilidad al trasvase Júcar-Vinalopó para poder mitigar los efectos de la sequía en tierras alicantinas con una agua a precios asequibles, de calidad suficiente para el riego y que preserve el caudal ecológico de la cuenca cedente. En este sentido, Tejerina ve cerca la posibilidad de cuadrar el círculo y sostuvo que «estamos próximos a lograr un acuerdo».

El modelo del Memorándum

En esta línea, la ministra reiteró que «estamos avanzando también en acuerdos dentro del Júcar-Vinalopó que espero poder cerrar y, en definitiva, vamos dando pasos para tener completado este sistema integrado del agua». «Estamos muy próximos, quiero ser optimista», indicó.

Para la ministra, «el Tajo-Segura fue un ejemplo de que el agua puede ser un campo de acuerdos, no un campo de batallas». «Estoy segura de que después de ese acuerdo vendrá este otro y muchos más» con el objetivo de «poder dar agua a todos aquellos que lo demandan y buscar el equilibro».

El acuerdo por el Júcar-Vinalopó y los decretos de la sequía constituyen los próximos hitos que ejecutará el Gobierno en materia hídrica, que se solapan con la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales, en las que el problema del agua puede volver a jugar un papel determinante. De hecho, las pérdidas por la sequía ya ascienden a más de cuatrocientos millones de euros en la Comunidad Valenciana.

Asegurar el agua

En este sentido, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, reclamó ayer en su intervención en el congreso de cooperativas ante la ministra de Agricultura la necesidad de «garantizar el suministro de agua a nuestros campos» con el consenso «dirigido desde el Gobierno».

El Gobierno propiciará un pacto como el del Tajo para el Júcar-Vinalopó

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