POLÍTICA

El PSPV teme que Ferraz aparte a Puig por haberse alineado con Díaz y Chacón

El debate se instala en Blanquerías tras el «dedazo» del secretario general del PSOE contra Tomás Gómez; el candidato socialista tiene a favor la falta de alternativa y su legitimidad al ganar unas primarias muy abiertas

El PSPV teme que Ferraz aparte a Puig por haberse alineado con Díaz y Chacón EFE

MANUEL CONEJOS

El nerviosismo se ha instalado en la planta cuarta de Blanquerías, la sede nacional del PSPV en Valencia, donde el secretario general, Ximo Puig, observa con recelo las últimas maniobras de la dirección federal del PSOE que lidera Pedro Sánchez.

El «dedazo» para apartar a Tomás Gómez de la candidatura madrileña ha sido un aviso a navegantes. En la ejecutiva nacional del PSPV todos saben que la operación comenzada por Sánchez puede tener réplicas en otros territorios, aunque es difícil que se concreten de la forma tan contundente en que se revelaron en la federación socialista madrileña.

Pedro Sánchez va a ir con todo su arsenal –no mucho, a tenor de lo visto en las últimas semanas– a la confrontación de las primarias que el PSOE podría celebrar en el próximo mes de junio, y para ello necesita descabezar a aquellas federaciones que han exhibido su apoyo a la líder del partido en Andalucía, Susana Díaz, y también a la exministra Carmen Chacón –actual secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE–.

Ambas fueron apoyadas públicamente por Ximo Puig. Promovió a la primera como posible secretaria general cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se apartó de la secretaría general –lo que provocó las críticas de su número dos, Francesc Romeu–. A la segunda también le ofreció el apoyo del PSPV cuando se enfrentó al propio Rubalcaba por liderar el partido (perdió en primarias por 22 votos).

El difícil equilibrio de Puig

El dúo Díaz-Chacón ha entrado en escena con fuerza en las últimas semanas frente a Pedro Sánchez, celebrando reuniones de carácter más o menos secreto para perfilar una estrategia con la que descabalgar al actual secretario general. Entre ellas ha habido encuentros con barones territoriales, aunque Ximo Puig no ha participado en ellas .

Sabedor del terreno resbaladizo en el que se mueve, el secretario general del PSPV no quería que se le identificara con nadie . «Hasta después de las elecciones de mayo no tiene sentido hablar de las primarias del PSOE», explica en público cuando se le pregunta. Ahora bien, Pedro Sánchez sabe a quién le guarda fidelidad, y por eso medita «intervenir» en la federación socialista valenciana.

Las pésimas encuestas de los socialistas valencianos –que no han conseguido recoger nada de los votos que el PP se puede dejar en el camino hacia el 24-M– son una justificación suficiente para esa intervención para quienes animan a Sánchez a repetir la actuación de la federación socialista madrileña.

Además, podría gozar de mayor predicamento con un nuevo líder en el PSPV, la segunda federación en cuanto a número de militantes con cerca de 17.000 (el 9% del total), solo por detrás de los 45.733 de la federación andaluza –frente a los 197.000 que tiene como censo el PSOE a nivel nacional–.

Una maniobra arriesgada

La operación, sin embargo, no está exenta de riesgos y Ximo Puig se agarra a ellos para salir indemne de las tentaciones de intervención que campan por la dirección federal. La primera es que en Madrid hay una alternativa clara con Ángel Gabilondo, mientras que en la Comunidad Valenciana no existe una opción de calado que pueda garantizar mejores números que Puig en tres meses.

La segunda cuestión es que las últimas primarias que encumbraron a Tomas Gómez fueron cerradas y sólo los militantes pudieron votar. Frente a ello, la legitimidad de Puig es mayor, al imponerse en unas primarias que fueron abiertas a los militantes y simpatizantes. Este proceso, además, fue apoyado por el propio Pedro Sánchez, por lo que desligitimarlo ahora sería un tanto incoherente.

Un tercer punto a tener en cuenta es el grado de descomposición de la federación socialista madrileña, que a decir de los propios implicados era bastante alto, mientras que la contestación interna de Ximo Puig es en el actualidad bastante baja, aunque sí se cuestiona la forma de enfocar las elecciones y las pobres perspectivas electorales agravadas con la irrupción de Podemos, que podría situarlo como tercera fuerza política.

El PSPV teme que Ferraz aparte a Puig por haberse alineado con Díaz y Chacón

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