El Elche doblega al Rayo
Tres puntos más al zurrón. La carrera por dejar atrás los puestos de descenso es dramática. Se ajusta. Cada vez hay más nombres en el asunto. Incluso de históricos como el Athletic. Logró ayer una victoria de peso el Elche. Partido serio, intenso y a la contra que planteó al Rayo y consiguió el triunfo con los goles de Damián Suárez, con un chupinazo en el primer acto, y de Garry Rodrigues, ya en la recta final, cuando los madrileños estaban con diez por expulsión de Baena.
Ordenado el Elche desde su defensa, ejerció una excelente presión en el medio campo para empezar a doblegar ahí al Rayo. Los de Jémez son de elaborar su fútbol, buscando las transiciones defensa-ataque. Pero los de Escribá maniataron el juego madrileño. Así dominó el conjunto ilicitano el primer tiempo, excepto algunas fases finales previas al descanso en las que los rayistas se liberaron ligeramente. La clave local estaba clara: seriedad atrás, recuperaciones y salidas a la contra. Elaboraron así sus acciones de peligro, aunque el gol de Damián Suárez a los veinte minutos llegó en una segunda jugada tras un saque de falta de los franjiverdes. El balón salió del área rechazado y el lateral sacó un derechazo imposible para Toño.
La intensidad del Elche se mantuvo y pudo ampliar la ventaja casi de inmediato. Primero, Lombán remató de cabeza en un saque de esquina y el balón se fue fuera pegado al palo. Luego, Toño salvó al Rayo tras una finalización de cabeza de Jonathas, siempre activo y referencia para los locales. Tuvo que acudir el Rayo a los balones en largo. Se perdió. No inquietó a Tyton.
El portero polaco intervino ya en una acción con peligro visitante, que remató Bueno cruzado, pero el meta repelió. Regresó el conjunto de Jémez valiente y con una intención evidente por deshacerse de la presión ilicitana. Los de Escribá se mantenían serios y bien organizados. Los locales procuraban desarrollar su juego habitual. Debían buscar una versión más ofensiva. La cuestión es que los locales salían con mucha velocidad a la contra. Tanto es así generaron acciones de ataque con mayor peligro. La cuestión fue que no eran eficaces en esos últimos metros. Camino de la hora de partido, alternaron «golpes» unos y otros. Fajr erró prácticamente solo ante Toño. Luego, Trashorras le dio seco con la derecha, pero no encontró portería. Replicó Pasalic. Perdonaban los de Escribá, mientras los madrileños no sabían finalizar sus llegadas, a menudo inocuas.
Kakuta, uno de los futbolistas más activos del conjunto visitante, perseveró en sus llegadas. Adoleció de lo mismo: la puntería había que afinarla. Se le complicó la historia al Rayo en el último cuarto de hora. Se quedó con un futbolista menos por la expulsión de Raúl Baena. Aún así, Jémez retiró un central y reforzó el medio. Pero sentenció el Elche con una jugada elaborada culminada por Garry Rodrigues a ocho minutos del final.
