Gayá es de Champions

RAÚL COSÍN

José Luis Gayá no frena. Está afinado –casi– siempre sea o no en consonancia con el Valencia. El jugador revelación es una realidad, a quien los de Mestalla quieren atar con una mejora de contrato y a quien el Arsenal y el Real Madrid lo pretenden. Se asoció con Piatti, que volvía tras recuperarse de una lesión, para hacer lo mejor de los de Nuno Espirito Santo en un encuentro intenso y serio, pero áspero, sin brillo, que tuvo emoción en la recta final, porque hubo goles y notas vibrantes, resuelto con el triunfo valencianista en el estadio del Español para reingresar en las plazas de acceso a Champions.

Hubo bostezos en el primer tiempo. Lógicos, pese a que hubo seriedad y por momentos intensidad. En justicia, el Español, bien ordenado de atrás a adelante, se mostró más equipo que el Valencia. El caso es que alcanzados los últimos metros hacia la portería de Diego Alves, se oscurecía el panorama. También fueron evidentes diez minutos más o menos bien estructurados de los valencianistas. Algo de manejo y de profundidad por los costados. Pero poco más. Muy áspero lo generado en los primeros 45 minutos. Desgobierno en el centro del campo. Incomprensible fue que en esa zona Nuno Espirito Santo se empeñase en jugar –casi– con uno menos. Enzo Pérez arrastró hasta el descanso un golpe que se llevó en los primeros compases. El argentino se dolió y cojeó. Pero ni el técnico lo sustituyó ya hasta el segundo tiempo, ni el propio futbolista pidió el cambio.

Lo gris, espeso, atascado a lo largo de esa primera parte al menos tuvo dos ocasiones claras. Una para cada equipo. Pasado el cuarto de hora, Rodrigo buscó la diagonal desde la banda derecha hacia el área y su zurdazo se fue al palo. Luego, ya consumidos 25 minutos, Caicedo, pivotando, se deshizo dentro del área valencianista de tres defensas y encaró a Alves, que ganó la mano al ecuatoriano con una intervención prodigiosa.

Lo vibrante, para el final

André Gomes fue la primera noticia en la reanudación. Enzo Pérez ya no salió. Lo obvio, aunque tarde. Y llegó pronto otra contrariedad para el Valencia. Paco Alcácer se torció el tobillo en un chut inicial. Cayó. Negredo entró al verde. Se mantuvo como denominador común la igualdad entre españolistas y valencianistas, pero en el terreno de lo áspero. Consumida la hora de partido, el conjunto visitante armó una buena acción ofensiva. Mustafi recuperó. Rodrigo dirigió el balón hacia la llegada por la izquierda de Gayá. Y el centro del lateral lo remachó Piatti para lograr el 0-1.

El escenario de partido se le complicaba a Sergio González. Pero el técnico movió fichas y pidió algo más a sus jugadores. Su gesto ofensivo dando entrada a Stuani y Salva Sevilla. No quería dejar escapar puntos de Cornellá. Pero la cuestión es que el Valencia se mostraba algo más cómodo con la ventaja en el marcador. No había brotes verdes de juego brillante en ninguno de los conjuntos, pero se mantenía bien el pulso al tramo final. Gayá, el mejor del partido, apareció salvador a falta de diez minutos para sacar casi en la línea un remate de Stuani solo ante la portería cuando Sergio García, que le asistió, ya había desbordado a Diego Alves.

Fue Parejo, de libre directo, quien procuró sentenciar el encuentro. Lanzó el capitán valencianista ajustadísimo al palo de derecho de Pau, el balón golpeó en la madera y la espalda del meta y acabó en la red. La historia aún tuvo más sustancia tras un horror defensivo visitante que aprovechó voraz Sergio García para darle emoción a la prolongación. Tanta que hubo tangana y un Valencia sufriendo.

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