Puig eludirá alinear al PSPV con Sánchez o con Díaz hasta el 24-M

MANUEL CONEJOS

El secretario general del PSPV, Ximo Puig, ha dado órdenes a su equipo de colaboradores más cercano y a los dirigentes de la federación socialista valenciana de no entrar en ningún tipo de especulación acerca de quién sería el mejor candidato del partido para las próximas elecciones generales: en esencia, decantarse por Pedro Sánchez y mantener una línea oficialista o apostar por Susana Díaz.

Puig no quiere distracciones y ha marcado la estrategia de posponer cualquier cuita interna a nivel federal hasta después de las elecciones autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo. La tarea del líder socialista se centra en ver cómo se zafa del incómodo corsé para su discursos que forman Podemos y Compromís.

Y es que Puig sabe que para tener peso en la futura elección del candidato socialista para presidir el Gobierno de España hace falta gobernar en la Comunidad valenciana, cosa que no sucede desde hace dos décadas. La irrupción de Podemos ha hecho saltar por los aires la estrategia de formar un tripartito con Compromís y Esquerra Unida, ya que estos últimos tendrán difícil su entrada en las Cortes autonómicas.

Cambio de estrategia

Toda la legislatura Puig ha estado en modo «observador», asumiendo que el desgaste de la crisis y los casos de corrupción acabarían con la hegemonía del PPCV que lidera Alberto Fabra. Ahora, a apenas cuatro meses para las elecciones Puig traza un plan para revalorizar el discurso de los socialistas valencianos para no acabar por detrás de Podemos como ahora mismo lo sitúan las encuestas de manera leve.

Pescar en el «centro» ideológico es el objetivo del líder del PSPV, ahogado más a su izquierda por el Bloc de Morera y más escorado la Iniciativa de Mónica Oltra coaligados en Compromís. Más allá, en el extremo, tampoco hay espacio con Podemos y EUPV, que intenta colgarse de ola alcista aunque cada vez más atenuada del partido de Pablo Iglesias.

El plan de Puig a nivel interno, no obstante, es lidiar con el «oficialismo» que representa el actual secretario general, Pedro Sánchez, y más allá del 24-M, si está en posición de influir, apostar por Susana Díaz que siempre fue su indisimulado deseo para ocupar la cúspide del PSOE.

La federación socialista valenciana se decantó en junio pasado de forma mayoritaria por Pedro Sánchez, menos en Alicante donde fue Eduardo Madina quien tuvo más tirón que el actual secretario general. En aquel proceso, sin embargo, no actuó Susana Díaz a quien Puig animó para que se presentara a la secretaría general.

Ganando adeptos

En su intento de ganar apoyos internos –algo que parece haber perdido en los últimos meses– Pedro Sánchez ha puesto la maquinaria del PSOE a trabajar en Valencia para impulsar el triunfo de Puig el 24-M y granjearse el cariño de una federación como la valenciana que, junto a la andaluza y la madrileña, serán claves en las primarias. Un pulso Sánchez-Díaz tendría, eso sí, consecuencias imprevisibles en el PSPV donde sus dirigentes, salvo Puig, está hoy dividida entre ambos.

Puig eludirá alinear al PSPV con Sánchez o con Díaz hasta el 24-M

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