El exdirector de la CAM asegura que sus dietas «no eran tan altas»
Uno se justificó recurriendo al «y los otros más» mientras el segundo se lavó las manos de toda responsabilidad por los privilegios disfrutados. Roberto López Abad y Juan Ramón Avilés, exdirector general y exdirector de la comisión de control de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) respectivamente, echaron balones fuera en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por las irregularidades en el cobro de dietas y la concesión de préstamos.
En su declaración, Abad aseguro al juez que las dietas que cobraban los directivos estaban «infinitamente alejadas» –por bajas– del máximo legal para las entidades nacionalizadas. Así se justificó ante la postura de la Fiscalía, que sostiene que la creación de sociedades participadas pertenecientas a la extinta entidad, fueron «un mero y burdo instrumento» ideado por el acusado para permitir que los miembros de la comisión de control de CAM «cobraran unos emolumentos muy superiores a los que tenían derecho conforme a la normativa sobre cajas de ahorro y los propios estatutos de CAM, sin realizar ningún trabajo adicional para la entidad que justificara dichas retribuciones». «No es una cosa tan rara, la Sareb ha hecho lo mismo», recalcó López Abad, para quien se piden cuatro años de prisión por un delito societario, administración desleal y apropiación indebida.
Por su parte, Juan Ramón Avilés eludió toda responsabilidad en la decisión que tomó el consejo de administración de avalar las dietas que percibió como presidente de la comisión de control de una participada de la caja. «Lo soy de mis actos, no de los actos de otros», precisó a la acusación.
Preguntado por la importante diferencia entre sus dietas en la participada Tenedora de Inversiones (TI), con las que ingresó 308.000 euros entre 2007 y 2011, emplazó a formular esa cuestión a los consejeros y a la comisión de retribuciones, a la vez que matizó que «estaban por debajo de mercado». Además, agregó que allí tenía «mucho trabajo» y que incluso tenían que parar «para comer». Avilés fue también preguntado por los créditos por parte de la comisión de la que formaba parte para la inmobiliaria de la que supuestamente era propietario.