COMUNIDAD VALENCIANA
Vitrificar óvulos: una revolución
El IVI, introductor de esta técnica en España, recomienda preservar la fertilidad no más tarde de los 37 años
El reciente anuncio por parte de Facebook y Apple sobre su intención de pagar tratamientos de vitrificación de óvulos a sus empleadas causó cierto revuelo mediático por considerarse una medida extravagante. Sin embargo, con los datos en la mano, los expertos aseguran que la preservación de la fertilidad será una práctica común en el futuro. No ya para pacientes oncológicos o con problemas médicos, sino para ese creciente número de mujeres en edad fértil que desean postergar su maternidad por motivos profesionales o sociales.
El IVI, introductor de esta técnica en España en el año 2007, confirma que la demanda de vitrificación de óvulos aumenta de manera exponencial. Tras la inseminación con semen de donante, es el tratamiento más demandado por las mujeres sin pareja.
El problema es que la edad a la que las mujeres acuden a la clínica es demasiado elevada. Algunas lo hacen a los 40 años, cuando ya queda poco que preservar. «Lo ideal es que empiecen a pensarlo a los 30, y que no lo demoren más allá de los 35-37, que es cuando cae en picado la calidad de los ovocitos», explica la doctora Ruiz.
Etapas del proceso
El tratamiento comienza con una estimulación ovárica con hormonas para inducir el desarrollo de varios óvulos en un mismo ciclo menstrual. Durante un periodo entre 10 y 12 días, la paciente se administra la medicación en casa mediante inyecciones subcutáneas. Una vez que los ovocitos han madurado, se extraen en una intervención sencilla.
La respuesta a esta estimulación varía mucho de unas mujeres a otras, puesto que depende de varios parámetros como la edad, la alimentación, los hábitos de vida –el tabaquismo es uno de los elementos que más castigan la fertilidad femenina– e incluso el estado anímico de la paciente. En un ciclo medio, lo habitual es obtener entre 8 y 10 ovocitos, lo que elevaría a más de un 40 por ciento las probabilidades de conseguir un embarazo. Si no se alcanza ese mínimo, los ginecólogos suelen recomendar repetirlo una segunda vez.
Durante el proceso de vitrificación, los ovocitos son tratados con sustancias criopotectoras y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura
de -196º C. La principal ventaja respecto a la congelación tradicional es que no se forman cristales de hielo que dañen al óvulo, lo que permite que más del 90 por ciento de ellos sobrevivan a la descongelación.
Esta técnica ha supuesto una revolución en el campo de la reproducción asistida. La doctora Ana Cobo, directora del laboratorio de criopreservación del IVI Valencia, destaca que gracias a la vitrificación ya no existen listas de espera para mujeres que deciden quedarse embarazadas con óvulos donados. «Antes teníamos que coordinar la extracción de ovocitos de la donante con el ingreso de la mujer receptora, a la que se los implantábamos frescos. Ahora no solo no tienen que esperar, sino que tenemos un banco de óvulos clasificados según características fenotípicas, rasgos físicos generales de la donante, etc, y un software que garantiza el emparejamiento óptimo con la receptora». El TCG (Test de Compatibilidad Genética), que se aplica a todas las donantes, hace un estudio de más de 15.000 mutaciones genéticas, que permiten descartar hasta 600 enfermedades hereditarias.
Todo parece indicar que la prevención es la mejor arma para evitar los problemas de infertilidad en edades tardías. Los expertos coinciden: el auge de la vitrificación de óvulos no ha hecho más que empezar.