política
Miguel Valor anuncia ocho grandes obras para transformar Alicante en su toma de posesión
Invertirá 14 millones del Estado en la Cámara, el Castillo de San Fernando, la estación de bus, Urbanova, Santa Cruz y el paseo marítimo en Playa de San Juan
Miguel Valor fue investido ayer como alcalde de Alicante , y asumió el cargo con el anuncio por sorpresa de una batería de ocho obras de envergadura que transformarán la ciudad en los próximos meses. Con una inversión global de 14 millones de euros, él mismo fijó su compromiso a medias al matizar que se pondrán en marcha todos los proyectos, si bien tal vez no dé tiempo a concluirlos antes del final de la legislatura, en mayo –aunque los trabajos continuarán tras las elecciones–.
La financiación procederá del Fondo de Impulso Económico aprobado el pasado viernes por el Gobierno central, y estas iniciativas se presentarán y refrendarán en el próximo pleno municipal previsto para este lunes.
Su agenda incluye la rehabilitación de la Cámara de Comercio (3,2 millones de euros); una torre de comunicaciones en el Castillo de San Fernando, donde se unificarán todas las antenas –un proyecto en el que además hizo hincapié por los muchos años que lleva pendiente, que va a costar 1,2 millones– además de una restauración y consolidación de esta fortaleza (2,5 millones); el acondicionamiento de la carretera de Urbanova (625.000 euros); la rehabilitación de la cubierta del Ayuntamiento (625.000); la urbanización y rehabilitación del barrio de Santa Cruz y la plaza del Puente (1,4 millones), de la antigua estación de Autobuses (1,9 millones) y se avanzará en el paseo marítimo en la Playa de San Juan (2,5 millones).
Valor recibió muestras de respeto y aprecio desde la oposición, por parte de los portavoces socialista y de UPyD, Elena Martín y Fernando Llopis, respectivamente, quienes dijeron que se merece ostentar el cargo. No así de Miguel Ángel Pavón, de Esquerra Unida, que centró su intervención en hablar de corrupción y arremeter contra el PP incluido el nuevo alcalde, a quien relacionaron con el empresario Enrique Ortiz . Los tres grupos sí coindidieron en exigir –también al presidente Alberto Fabra– la retirada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) por considerarlo «bajo sospecha» y «obsoleto», y la redefinición en uno nuevo. EU también reclamó la suspensión de los trámites para la implantación de Ikea en Rabasa.
El alcalde lanzó un mensaje claro de unidad sin fisuras internas en su equipo de gobierno. «En el grupo popular formamos un gran equipo y os aseguro que vamos a trabajar todos como un sólido bloque por nuestra ciudad», proclamó Valor, además de «agradecer la confianza depositada en mí, especialmente por el presidente del PP de la Comunidad y presidente de la Generalitat, Alberto Fabra».
Defensa de Castedo
Antes de su primer discurso institucional ya como alcalde, Valor lamentó en su intervención previa, todavía como candidato, las acusaciones de EU, de quien dijo que «ha vuelto a las andadas» en sus ataques a la anterior alcaldesa, Sonia Castedo –de quien recordó que «no está condenada», y apeló a la «presunción de inocencia»–.
De hecho, Valor reiteró su ofrecimiento de «manos tendidas» a todas las fuerzas políticas para que se pueda alcanzar el «consenso» en las decisiones, además de invitarles a hacer propuestas «constructivas».
Y aprovechó para repasar en una «pincelada» los proyectos realizados por su partido en las últimas legislaturas, tras escuchar las críticas de los otros grupos políticos en términos como la «herencia envenenada» del PP o el haber «ensuciado el nombre de Alicante». Así, por ejemplo, recordó las obras en la entrada sur, la renovación de la Explanada, Las Cigarreras, los refugios en las plazas Séneca y Balmis, las obras antirriadas, la Gran Vía, la Vía Parque, la avenida de Denia, la iglesia de Santa María, San Nicolás, el Mercado Central, la isla de Tabarca, los museos Maca y Musa, y el AVE, entre otros.
La investidura concluyó con los himnos de Alicante, Valencia y España en el Salón Azul del edificio consistorial, mientras fuera sonaba la música de «dolçaina i tabalet» en la plaza del Ayuntamiento, donde esperaban a los miembros de la Corporación municipal y resto de autoridades un grupo de Gigantes y Cabezudos que actuaron gratuitamente, en una jornada de austeridad y sin alardes.
Católico
Valor también declaró sus «firmes convicciones religiosas» de católico como rasgo personal que imprimirá carácter a su función en el cargo. «Queremos devolver la confianza a los alicantinos, que se vuelvan a ilusionar», manifestó. El veterano político alcoyano juró el cargo en valenciano, sus primeras palabras como alcalde también las pronunció en esta lengua y se despidió con un «¡Vixca Alacant!».
En su discurso tuvo palabras de agradecimiento a los funcionarios y el personal laboral del Ayuntamiento, se comprometió a «tener presente» a los grupos vecinales, culturales, deportivos y festeros, y se emocionó visiblemente –a punto de derramar unas lágrimas– al mencionar la presencia de sus familiares en la sala. Entre otros, sus cuatro hijos y seis nietas.
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