EL FARO
Sobre la fiesta «rave»
«Con la fiesta ya en marcha su actuación no desalojando y controlando el acceso a nuevos participantes fue ejemplar»
Discutía el otro día con un buen amigo y periodista con el que no me ponía de acuerdo. El tema era en relación a la fiesta «rave» organizada en Benagéber con motivo de la Nochevieja, y que careciendo de cualquier permiso o derecho se ha mantuvo viva durante casi seis días. Decía mi amigo, que vivimos en una sociedad en la que se legisla demasiado, en la que se requiere permiso para todo, en la que se regula desde las horas a las que pueden abrir o no un local de ocio o las zonas acotadas para fumar. Mi amigo insistía en que se debe permitir que un grupo, independientemente de lo numeroso que sea, no comete infracción alguna si elige un lugar para reunirse, sin más motivo que escuchar música y convivir unos días.
Mi planteamiento es otro. Para empezar no sé cómo se organiza una fiesta así. No sé, cómo se consigue que casi 3.000 personas, la mayoría del extranjero, aparezcan todos a la vez y en el mismo sitio para celebrar una fiesta, por mucha red social o nueva tecnología que gobierne el mundo. No sé que pintan miles de personas en un aeródromo que más allá de los vecinos de la zona, casi nadie conocía de su existencia. Y ya entrados en materia, no acierto a entender, como es posible que ante semejante montaje, los cuerpos y fuerzas de seguridad, permitan en este tiempo, con los medios de información de los que disponen, que una situación de este tipo se termine produciendo. No obstante, con la fiesta ya en marcha su actuación no desalojando y controlando el acceso a nuevos participantes fue ejemplar.
Pero lo más preocupante de esta historian es el desafío a la autoridad. Aquí es donde el precedente vivido en pasados días se convierte en peligroso. Cuando un grupo más o menos numeroso de personas, decide omitir una orden de la Guardia Civil, se traspasa como sociedad, una línea de no retorno, un punto que no puede traer nada bueno. Las normas y las leyes están para cumplirse , es la base de lo que somos, o debemos ser. La fiesta «rave» –en la que seguro los 3.000 asistentes se lo pasaron de fábula– terminó cobrándose la vida de una persona, por si a alguien se le había olvidado. Así nos va.