Fabra se «refugia» en Castellón
El presidente, que asume su desgaste dentro del PPCV y ve una cierta «hostilidad» territorial en su origen, defiende en su provincia el trabajo realizado y un futuro optimista
EL presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, prosiguió ayer en Castellón su periplo navideño con los medios de comunicación inaugurado el pasado miércoles en Alicante –hoy hará lo propio en Valencia–. Si desde que llegó a la Generalitat, Fabra siempre se ha sentido especialmente cómodo en la ciudad de la que era alcalde, desde que estalló la crisis por la incertidumbre sobre su candidatura, esta sensación ha ido en aumento.
El presidente del Gobierno valenciano tiene asumido su desgaste dentro de su propio partido –la foto forzada con los tres presidentes provinciales de la semana pasada no oculta la distancia política que media entre Fabra y sus «barones», con la excepción del castellonense Javier Moliner–, y considera que en el origen del mismo hay también un componente de «hostilidad» territorial. De ahí que, en Castellón, ciudad que gobernó durante dos legislaturas y media, se sienta arropado y se crezca.
Ayer, en su balance sobre el año que toca a su fin, Fabra destacó el ilusionante futuro que, a su juicio, espera a la provincia. La puesta en marcha del aeropuerto de Castellón, el TRAM y la Alta Velocidad contribuirán en 2015 a «una transformación de la provincia que está pidiendo volver a convertirse en un referente en la Comunidad y en España», aseguró.
En su encuentro con los medios en el CdT del Grao, consideró que estas tres infraestructuras son «hechos históricos» para la provincia, y deseó que se aprovechen para potenciar el turismo y las exportaciones, dos sectores «fundamentales en los años de dificultad económica y que ahora tienen una nueva oportunidad». Según defendió, «estamos mejor que hace un año y medio; hemos sentado las bases de la recuperación».