ENTREVISTA al Conseller de Sanidad
Manuel Llombart: «Un millón de valencianos usa la sanidad concertada, y el 98% está satisfecho»
«Pese a quien pese, los valencianos han seguido teniendo asistencia pública, universal y gratuita, de la máxima calidad, en un momento muy difícil»
El conseller de Sanidad cumple dos años al frente de su cartera, una de las más sensibles del Consell. Destaca que, a pesar de los recortes, el sistema sanitario valenciano ha mantenido intacta la prestación de asistencia con un «plus» de calidad.
—¿Qué balance realiza de sus dos años como conseller de Sanidad?
—Lo más destacable es que han sido años muy duros desde el punto de vista económico, y digan lo que digan y le pese a quien le pese, el sistema sanitario de esta Comunidad ha seguido ofertando las mismas prestaciones que en cualquier otro momento. Creo que es motivo de orgullo y de agradecimiento para los 60.000 profesionales. Y, además, hemos trabajado para incrementar las infraestructuras sanitarias, que derivarán en una mejora de la asistencia. Los hospitales de Gandia y Llíria, centros de salud... el balance es que los valencianos han seguido teniendo asistencia pública, universal y gratuita, y sobre todo de la máxima calidad.
—¿Los ajustes en el gasto de la Administración han perjudicado la prestación del servicio? Dicho de otro modo, ¿ha fallecido algún paciente porque se le ha dejado de atender por los recortes?
—La cartera básica de servicios es común, por lo que los ciudadanos reciben la misma atención en cualquier Autonomía. Como le decía, hemos conseguido mantener la misma prestación que había antes de la crisis, por lo que los valencianos han tenido el mismo servicio que el resto de españoles y diría que con un nivel de calidad muy alta debido a los excelentes profesionales que tenemos y a que han tenido los recursos necesarios. No se ha registrado ni un solo fallecido más que no hubiera habido en cualquier otra circunstancia.
—¿Se ha dejado de atender a un inmigrante irregular que lo necesitase?
—El Decreto 16/12, que es la normativa que generó esta polémica, lo que hace es indicar que aquella persona en situación irregular, pero no porque sea pobre, también puede ser un extranjero rico del norte de Europa que no contribuye con sus impuestos al sistema social de este país, no tendría derecho a una serie de prestaciones. Aún así nuestro sistema sigue siendo el más social: la asistencia a menores, a mujeres embarazadas y las urgencias siguen estando garantizadas a cualquiera, aunque esté en situación irregular. En la Comunidad fuimos más allá, y creamos el Programa Valenciano de Protección a la Salud, que les cubre también las enfermedades infecciosas, las de declaración obligatoria y la salud mental. Eso no se da en ningún otro país de Europa. Tenemos el sistema más solidario.
—¿Cómo valora el Presupuesto del que dispone para 2015?
—Es el mejor de los presupuestos que puede tener esta Comunidad para Sanidad. Tenemos una situación difícil por la infrafinanciación, pero somos la región que más dedica porcentualmente a su sanidad, el 42,2%. Ninguna otra dedica tanto proporcionalmente. Este año tenemos 5.492,9 millones de euros, lo que supone un incremento del 2,2%, y un 10,6% más que hace solo dos años. Aún así, me hubiera gustado tener un presupuesto más alto, y supongo que al conseller de Hacienda le hubiera gustado que fuera más bajo, claro. Estamos en torno a 1.050 euros/habitante/año, y la media está en 1.100 euros.
—¿Se ha conseguido compensar la asistencia sanitaria a desplazados y turistas extranjeros?
—Estamos trabajando en ello. Hay que distinguir la asistencia a extranjeros de la UE o de un país con bilateralidad, en los que es el Ministerio quien centraliza el cobro de esa asistencia, y que se suele solventar con un retraso de dos años; y luego la prestación entre comunidades. La parte farmacéutica está solventada, y la asistencia sanitaria no programada entre comunidades, que era el caballo de batalla, se incorporó el 1 de enero. Ahora estamos analizando los mecanismos de pago.
—¿Puede darme una cifra?
—La última regularización por extranjeros, farmacia entre comunidades y asistencia programada fue a finales de 2012, con 146 millones de euros de saldo favorable a la Comunidad en un periodo de dos años.
—El copago, que generó mucha controversia, ¿ha permitido racionalizar el gasto farmacéutico?
—Fue una medida acertada que ayuda mucho a la sostenibilidad del sistema. Hemos conseguido ahorros importantes. Pero hay que explicar el copago, porque se ha hecho mucha demagogia. Por ejemplo, desde la aplicación del Decreto los parados de larga duración tienen toda la farmacia gratuita, cuando antes pagaban el 40%. Un jubilado con rentas entre 0 y 18.000 euros contribuye con hasta 8 euros al mes, necesite lo que necesite. Y por encima de 100.000 euros la contribución máxima es de 60 euros al mes. Hay que saber lo que se critica. El copago no ha roto la adhesión a los tratamientos, como se afirmó en su día. Estamos en los mismos indicadores o incluso por encima que antes del copago.
—Precisamente el farmacéutico es un colectivo que hizo mucho ruido por los retrasos en los pagos.
—Hemos hecho un esfuerzo tremendo por ponernos lo más al día posible. Les estamos pagando a 45 días de la fecha de factura, lo que pone de manifiesto el esfuerzo realizado. Ya quisiera yo poder pagar a todos los colectivos en ese plazo.
—¿Cree que se hizo política con esa situación?
—Lo que puedo decir es que hay 2.400 farmacias en la Comunidad. Si todas esas farmacias se ponen a presionar, al final generan mucho ruido. No sé si a eso se le puede llamar hacer política.
—¿En qué va a consistir el plan de choque del Ministerio para racionalizar el gasto sanitario?
—La verdad es que sabemos poco. La semana que viene hay una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en la que pretenden abordar este nuevo sistema de financiación de la sanidad. Lo que sé lo conozco por los medios, y no lo acabo de entender: poner un techo al gasto preservando las prestaciones es la cuadratura del círculo, pero ojalá la encuentren. Yo desde luego no soy capaz.
—Las listas de espera se han reducido sensiblemente.
—La demora quirúrgica en asistencia programada y no urgente se ha reducido de 85 días en junio de 2013 a 64 en junio de 2014, y creemos que en diciembre estaremos por debajo de esa cifra. Se ha pedido un mayor esfuerzo a los profesionales en su jornada ordinaria y ha aumentado un 4% el número de operaciones diarias. También ha contribuido el autoconcierto para operar por las tardes y el plan de choque que ofrecía a aquellas personas que quisiesen operarse de forma inmediata hacerlo en clínicas privadas que concertábamos.
—La izquierda pretende acabar con esos conciertos en Sanidad.
—Lo que está claro es que un millón de personas tiene su sanidad dada por un sistema concesional que se montó en el año 99, y el 98% de los usuarios de estos centros están satisfechos o muy satisfechos. La modalidad contractual del modelo data de marzo de 2003 y la realidad de 2015 es muy distinta, por lo tanto es cierto que requiere una reflexión para adaptarse al momento en que vivimos. Pero conceptualmente es un modelo potente que ayuda a la sostenibilidad del sistema sanitario, que es lo que todos buscamos. Si alguien tiene una fórmula mejor, que la ponga sobre la mesa. Y que me explique qué va a hacer con los casi 8.000 trabajadores que tienen las cinco concesiones de la Comunidad. Aparte de las indemnizaciones que habría que pagar a las empresas. Eso sí que sería un negocio.
—¿Cuándo funcionarán los nuevos hospitales de Gandia y Llíria?
—El compromiso es que estén operativos en marzo.
—¿Estamos preparados para atender casos de ébola en la Comunidad?
—Lo primero, la posibilidad de que se dé un positivo que no sea un contagio primario, como pasó con Teresa Romero, es remota. Hay que encuadrar bien los miedos. Parecía que venía una pandemia, y en toda España ha habido hasta ahora un contagio, que además era una profesional, persona de alto riesgo. Tenemos un sistema sanitario que cumple todos los protocolos, hay un hospital de referencia, La Fe, preparado para afrontar esta situación, y tanto en Atención Primaria como en Urgencias tienen la formación necesaria para saber cómo actuar. Estamos preparados y el riesgo es remoto. Tranquilidad.
—¿Por qué no se erradica la legionela en Alcoy a pesar del cúmulo de medidas que se han adoptado?
—Es un tema complejo. Ya en 2002 se decretó Alcoy como zona de alto riesgo, por su orografía y su actividad industrial. Se aplican unas medidas muy superiores al resto de poblaciones, por eso se decretó un brote hace un mes, con 11 afectados y ningún fallecido. Aún se está investigando por qué se produjo ese brote, con un origen múltiple.