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Fabra gana tiempo con los presidentes provinciales y queda en manos de Rajoy

El apoyo explícito a la candidatura del presidente regional no se producirá, tras la negativa de Alfonso Rus y, ayer mismo, de José Císcar

Fabra gana tiempo con los presidentes provinciales y queda en manos de Rajoy mikel ponce

MANUEL CONEJOS

La unidad del PPCV en torno a la figura de Alberto Fabra quedó ayer simbolizada por la fotografía que el presidente regional arrancó a los presidentes provinciales, Alfonso Rus (Valencia), Javier Moliner (Castellón) y José Císcar (Alicante) con las manos unidas. Más allá de la fotografía, la realidad indica que el presidente regional ha plegado velas en su intento de recabar el apoyo para impulsar su candidatura. Esta pretensión ha abierto unas heridas que ayer no se suturaron.

Alrededor de una mesa en un céntrico restaurante de la capital del Turia, Fabra, Rus, Moliner y Císcar analizaron la situación del partido y el líder regional les pidió que se aparcaran proyectos personalistas por el bien de la marca. Poco más se pudo decir en este encuentro porque el lugar escogido no era ni siquiera un reservado –que el local al que acudieron sí tiene– por lo que analizar cuestiones más espinosas resultó de todo punto imposible, por miedo a que en las mesas contiguas a la que ocupaban los cuatro dirigentes se enteraran de cuestiones de intendencia del partido.

Cambiar la actitud de los comensales en los últimos días y frenar la espiral autodestructiva fueron a grandes rasgos los asuntos allí tratados. A la salida del restaurante, todos se encaminaron a la sede regional del partido para acudir a una jornada sobre los Presupuestos 2015 para la provincia de Valencia.

Javier Moliner acudió también a la sede pese a que no se quedaría a esta jornada, puesto que en Castellón ya se había celebrado. El encargo de Fabra era que los tres presidentes provinciales se hicieran la fotografía de la unidad. Y así fue, aunque la tensión de los últimos días se dejaba sentir en sus caras. Moliner, luego, se marchó con rapidez a Castellón –es quien menos exponía en la cita de ayer–.

Las disensiones no se aparcaron como consecuencia de un análisis profundo , sino fruto de las necesidades del guión que marca el hecho de que en aproximadamente un mes el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, dará a conocer los candidatos de Madrid y la Comunidad.

Hasta entonces se ha pactado una paz interna que no desgaste más la marca, que ya tiene problemas por las cuestiones derivadas de la crisis económica y de corrupción en los últimos años. No es un cierre en falso, pero lo que los principales dirigentes del PPCV protagonizaron ayer no pasa de un tenue intento de remar en la misma dirección y no perjudicar las expectativas electorales a falta de medio año para la cita del 24 de mayo.

A preguntas de los periodistas, Alberto Fabra –que compareció junto a los tres presidentes provinciales y a la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig–, aseguró que el encuentro con los tres presidentes provinciales era para «zanjar» la cuestión sobre su candidatura, ya que se trata de algo que no depende del PPCV y que marcan los Estatutos nacionales del partido y es «un debate que nos debilita».

El presidente regional consideró que «no podemos estar cuestionando de forma permanente algo que lo único que hace es debilitarnos». El jefe del Consell aludió a que hay muchos problemas que solucionar y «no podemos crear uno más y que encima nos ocupe todo el tiempo».

Reconoció que no va a pasar a los presidentes provinciales el documento que se redactó la semana pasada y que, al margen de pedir el apoyo para la gestión del Consell, buscaba de manera velada impulsar la candidatura de Fabra. «El mejor documento es ésta la foto de la unidad y del compromiso», para valorar que «no se trata de recoger más firmas sino del compromiso de trabajar por las siglas».

Ausencia de Bonig

Esta marcha atrás venía motivada por la negativa rotunda que Alfonso Rus le dio el pasado miércoles , y que le reiteró el jueves en persona durante una reunión privada. Y también por las declaraciones previas a la comida de ayer en las que José Císcar indicaba que por un «elemental principio de responsabilidad y coherencia», sometería a su comité de dirección la aprobación o no del citado documento.

Quien no estuvo en la comida de ayer, y sorprendió, fue la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig. El presidente regional descartó que exista «ningún problema» con ella y recordó que «era consciente» del encuentro. Ahora bien, argumentó que quería mantener ese encuentro con los presidentes provinciales a solas porque «quería tratar asuntos del partido». Bonig, presente en la comparecencia del presidente, aguantó el argumento como pudo, aunque no se comprende que quedara fuera de un encuentro que se presumía clave, y no lo fue, para el futuro del PPCV.

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