EL FARO
La semana más larga
No es ni mucho menos el momento más oportuno para mostrar públicamente fisuras internas. Sin embargo, esta es la hora y el día que parece haber elegido el PPCV para mostrarle a los suyos, y a los que no lo son, que las aguas internamente bajan más que revueltas, situación ya conocida pero especialmente aireada por los protagonistas en estos últimos días. No seré yo, para empezar, quien cuestione la gestión de Alberto Fabra, que se encontró la peor situación cuando accedió al cargo y que en ocasiones se ha encontrado casi con más problemas dentro que en las líneas enemigas.
Aún así, y tras otra semana dura, con mensaje desestabilizador de Dolores de Cospedal incluido, la estrategia de promover una recogida de firmas para ratificar candidatura no ha sido, visto el resultado, la táctica más adecuada. Incluso antes de conocer el desenlace de la historia, la medida era compleja, e implicaba unos riesgos demasiado altos a estas alturas. José Ciscar y Alfonso Rus muestran a la primera, y sin tapujos, sus reservas a la firma, mientras la coordinadora del partido Isabel Bonig capea el temporal que le cae encima por partida doble, con los presidentes provinciales de Valencia y Alicante abriendo una vía de agua en la línea de flotación que amenaza con consecuencias fatales, mientras que por otro, intenta esquivar los rumores que permanentemente la sitúan como futura candidata si al final la parte alta del cartel no es para Alberto Fabra.
La paz puede llegar hoy en forma de almuerzo, en el que a petición de Fabra se verá las caras con sus tres presidentes provinciales. Además de la foto, la reunión deber servir para salir con una estrategia común y conjunta. Veremos.
Y mientras tanto, como cada uno juega su partido, faltaba la última arenga pública de la alcaldesa de Alicante Sonia Castedo para rematar la semana del presidente. Que proclame a los cuatro vientos que se dejará la Alcaldía como y cuando quiera no es noticia, ya lo sabemos. Que además lo proclame a los cuatro vientos con altanería, desgraciadamente tampoco, porque como en la línea de casi todos, y por lo visto en estos días, lo último para algunos dirigentes populares parece ser el partido.