Génova no intervendrá en la crisis del PP valenciano a la espera de la decisión de Rajoy

La última maniobra del presidente regional del PPCV, Alberto Fabra, en busca de un apoyo explícito a su gestión ante la dirección nacional del partido –en plena «quiniela» sobre su futuro como candidato y también sobre sus posibles relevos– parece haber colmado el vaso de la paciencia de la secretaria general, María Dolores de Cospedal. El malestar en Génova con Fabra – del que ayer daba cuenta ABC – ha dejado al presidente valenciano apenas sin asideros en la dirección nacional de su partido, donde su continuidad al frente de la candidatura autonómica está en entredicho, aunque –al menos hasta esta semana– ni mucho menos descartada.

Según fuentes próximas a la secretaria general, la idea de pedir a los presidentes provinciales que firmen un documento de adhesión se interpreta en Génova como un error de bulto –además de un intento de presión–, por el riesgo de ruptura interna que entraña. Una percepción que es compartida por otros mandatarios de la ejecutiva nacional como el vicesecretario general, Carlos Floriano, o Juan Carlos Vera, entre otros, según las citadas fuentes. No obstante, en el PP han decidido no intervenir en la crisis abierta por el movimiento de Fabra, y limitarse a esperar a que el presidente del partido, Mariano Rajoy, desvele su decisión sobre la continuidad o no del valenciano.

La determinación de abstenerse en una crisis que Fabra espera cerrar hoy – en su encuentro con los tres presidentes provinciales – no oculta el hecho de que en la calle Génova consideren que el jefe del Consell está cargando de razones a quienes, tanto desde el PPCV como desde Madrid, apuestan por su relevo.