política
Fabra convoca hoy a Moliner, Císcar y Rus para cerrar las disputas en el PPCV
El presidente regional congela la recogida de apoyos y busca sellar un acuerdo transitorio hasta el nombramiento oficial del candidato
La situación interna en el Partido Popular de la Comunidad Valenciana se ha complicado sobremanera desde que la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, afirmara que había «bastantes personas» donde elegir al candidato para presidir la Generalitat .
Los recelos entre esos posibles aspirantes y sus «patrocinadores» han aumentado y la reacción del presidente regional, Alberto Fabra, ha empeorado ese escenario. La recogida de apoyos hacia su candidatura, disfrazada de respaldo a la gestión de su Consell –una obviedad–, obligó a tomar partido a los principales referentes. Y Fabra no salió bien parado.
El malestar en Génova ha ido en aumento por considerar que se creaba una situación de riesgo de fractura «innecesaria». Por todo ello, Alberto Fabra dio ayer un giro en su estrategia y ha convocado hoy a una comida de trabajo a los tres presidentes provinciales del partido, Alfonso Rus (Valencia); Javier Moliner (Castellón) y José Císcar (Alicante).
Encuentro previo con Rus
El objetivo del presidente regional es frenar la espiral autodestructiva que puede lastrar aún más la imagen del PP en la Comunidad, a solo medio año de las elecciones autonómicas y locales. Ya en la jornada de ayer Fabra tanteó a Rus –el más beligerante– en un encuentro matinal en el que, no obstante, no se habló del polémico documento de apoyo, aunque el setabense dejó claro que no firmará nada .
La cita de hoy es clave para el devenir del partido en las próximas citas electorales (también en las generales de finales de 2015) y Fabra pretende dejar en el congelador su proyecto de recogida de apoyos. Buscará centrarse en sellar una paz interna que, aunque sea transitoria, sirva para discurrir sin más sobresaltos hasta que Mariano Rajoy designe al candidato para presidir la Generalitat –aunque formalmente lo hará el comité electoral nacional–.
Falta por ver con qué actitud acuden hoy los barones provinciales a la cita, ya que la legislatura ha ido desgastando la relación de los que hoy serán comensales. Javier Moliner es el más afín a Fabra, y su entorno más cercano confirmó ayer que «si el presidente regional pide que firmemos, firmaremos».
Cuestión diferente es cómo encarará el encuentro José Císcar, quien está en una órbita diferente a Fabra a causa de los desencuentros que ambos han tenido en la gestión de diversos asuntos del Consell durante esta legislatura. En cuanto a Rus, ya ha mantenido que no apoyará explícitamente a Fabra, y hoy tampoco lo hará.
Por ello, la «negociación» del presidente regional, que n ecesita toda la fuerza del partido de 150.000 militantes unidos para conseguir su objetivo de ser candidato y revalidar la victoria, tendrá otros derroteros, como es la confección de las listas electorales y el futuro que cada uno de los participantes quiere jugar en el PPCV en la próxima legislatura. Una primera aproximación a quiénes serán los candidatos en las principales ciudades de la Comunidad Valenciana estará sobre la mesa.
Fabra entiende que si da algo de manga ancha a los presidentes provinciales en esa confección de listas, debe ser a cambio de que le garanticen su lealtad. Escenificar esa paz y unidad interna es el difícil reto que tiene ante sí para hoy, y del que dependen buena parte de sus opciones de aspirar a un segundo mandato al frente de la Administración autonómica.
Hay una cuestión que ha molestado y sorprendido, en este caso a los tres presidentes provinciales, como es que Fabra dijera que no era compatible la presidencia provincial del partido con presidir la Diputación de esa provincia. Tanto Rus como Císcar y Moliner aspiran a liderar las corporaciones provinciales a partir de junio de 2015, y este aspecto es «innegociable», por lo que el presidente regional deberá ceder en su pretensiones si quiere restañar heridas.
Las fuentes consultadas por ABC en la dirección regional del partido entienden que es el momento de «pensar en el proyecto del PP por encima de los personalismos», y por eso confían en que hoy se alcance un acuerdo que valoran que sería «beneficioso para la Comunidad Valenciana» en la medida que existe una fragmentación extrema de los partidos de izquierda y el PPCV debe ser un símbolo de «estabilidad para los ciudadanos».
Los desvelos de Bonig
La coordinadora general del partido, Isabel Bonig, es la persona que más ha sufrido estos desencuentros en las últimas semanas , ya que considera que la marca y los valencianos «están por encima de todo» y también porque su nombre está bien situado en las quinielas para liderar al PPCV si Fabra no obtuviera el favor de Rajoy.
Por ello, ayer fue de nuevo una pieza clave de moderación, y mantuvo numerosas conversaciones para intentar que se diera el encuentro que finalmente hoy decidirá el futuro inmediato del partido en la región.
