Un Villarreal serio y firme

R. C. CAMACHO

Seriedad defensiva, pegada y fortuna. Esencias de la victoria del Villarreal en su visita al Córdoba que, aunque animoso en momentos del segundo tiempo, encontró muchas dificultades para apurar a Asenjo. Un chispazo en velocidad de Cheryshev para asociarse con Vietto en el primer acto, y la suerte de Uche, en el segundo, para remachar ligeramente un saque de esquina de Dos Santos, dieron forma al triunfo villarrealense para colocarse en puestos europeos y hurgar en la herida andaluza, último de la Liga.

La sociedad formada por Cheryshev y Vietto, veloces y habilidosos ambos, dio para que el Villarreal, que en líneas generales fue mejor que el Córdoba en el primer tiempo, llegase al descanso con la tranquilidad de la ventaja a domicilio. El ruso recibió en zona de tres cuartos. Bajó el balón con el pecho y se acomodó el esférico a la carrera. Dos tiempos. Arrancó y cambio el ritmo para dejar atrás a su par, profundizar y asistir al argentino. Vietto controló soberbio y la media vuelta batió a Juan Carlos.

Intentó el conjunto andaluz diseñar acciones profundas, pero cuando alcanzaba la zona de tres cuartos encontraba dos líneas ordenadas y juntas que hacían difícil apurar a Asenjo. No obstante, Ghilas probó con un chut duro y cruzado al meta visitante, en una acción en la que ganó la carrera a Víctor Ruiz. Sin un dominio claro, estuvo el Villarreal un punto por delante. Le faltó medir mejor los últimos metros. Poco antes del descanso, Abel Gómez tuvo una ocasión desde la frontal, pero el balón se fue fuera.

Arrancó el segundo acto con un subidón de temperatura. Vietto, que se dolía en el interior del área cordobesa, intentó aprovecharse de una acción cuando parecía tocado. Provocó la ira de algunos jugadores locales, al tiempo que despertó al Córdoba.

Tiró de corazón el equipo de Djukic. Se animó a buscar la meta de Asenjo con más decisión –Ghilas y Cartabia se mostraron siempre incisivos–, aunque asumiendo riesgos a las espaldas y en eso el Villarreal podía encontrar fruto. Los locales se mantenían intensos. Pasaban, superada la hora de partido, su mejor momento. Pero se llevaron un duro golpe. Jonathan dos Santos sirvió de esquina con la derecha, muy cerrado. Camino del primer palo, Uche rozó ligeramente y el balón se coló dentro. Un gol de fortuna, pero definitivo.

Un Villarreal serio y firme

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