Castedo apela a su buena relación con Fabra mientras Génova le busca relevo

Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, aseguró ayer que su relación con Alberto Fabra, presidente de la Generalitat, n o ha resultado dañada por la aplicación de las «líneas rojas » que prácticamente de manera definitiva la dejarán fuera de concurrir a las próximas elecciones municipales con el Partido Popular debido a su doble imputación.

La primera edil, que en las últimas semanas había guardado silencio absoluto, explicó ayer a la prensa con motivo de su asistencia a la inauguración de la ampliación de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) en su ciudad que el trato que tiene con el jefe del Consell es «como siempre, muy bueno y muy respetuoso». Es más, insistió en que es «exactamente el mismo que tenía con él desde que es presidente y también antes, cuando era el alcalde de Castellón», a pesar de que «la imagen que a veces se puede dar» sea otra. Algo con lo que, aseguró, «es muy difícil luchar».

Las palabras de Castedo llegaban justo el día en el que este periódico desvelara que desde la madrileña calle de Génova, donde los populares tienen su cuartel general, se trabaja en que el sucesor de la actual alcaldesa como cabeza de lista no sea de su actual equipo ni del que anteriormente dirigiera Luis Díaz Alperi. Una estrategia con la que se quiere ahuyentar el fantasma de la presunta corrupción en el consistorio de la capital alicantina, tanto para mandar a los votantes un mensaje en forma de cambio de imagen como para evitar eventuales contratiempos judiciales en un futuro próximo.

Si bien es cierto que es el comité regional el que propone al alcaldable en función de la decisión tomada por las juntas de distrito locales –donde Asunción Sánchez Zaplana, Luis Barcala y Carlos Castillo siguen apareciendo como los mejor posicionados en la parrilla de salida debido al tirón del que gozan internamente o entre los afiliados–, la decisión final es de Madrid. Aunque nunca se ha dado el caso de que se cambie el nombre de un candidato, el impulso regeneracionista que se quiere dar al partido, unido a sondeos que indican posibilidades de mantener la alcaldía a pesar del desgaste sufrido en una plaza considerada clave por la dirección, abren la puerta a cualquier posibilidad.

No sería la primera vez que pesos pesados de Valencia y Madrid se sientan para trazar un plan conjunto a este respecto. Así está ocurriendo ya con el relevo de los puertos de la capital del Turia y Alicante, donde el cese en el cargo de Rafael Aznar y José Joaquín Ripoll se ha visto aplazado mientras se llega a un consenso. Un área en el que también se busca un perfil difícilmente identificable con la política y más orientado a la capacidad de gestión para dar imagen de renovación.