«Hay que regenerar un sistema económico y social que hace aguas»

«Hay que regenerar un sistema económico y social que hace aguas» MIKEL PONCE

ROSANA B. CRESPO

Ignacio Grande, el director más joven de Cáritas Diocesana, busca una mayor implicación de su generación en la acción caritativa meintras se marca el reto de vertebrar el territorio

Con tan solo 31 años, Ignacio Grande se convirtió el pasado julio en la persona más joven en dirigir una Cáritas Diocesana en España. Su nombramiento fue uno de los últimos legados del nuevo arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el ejemplo claro de la apuesta por los jóvenes que marcó su trabajo al frente de la archidiócesis valentina. «Algo que siempre he destacado de Osoro es que ha sido un gran pastor, porque todo lo que decía iba acompañado con gestos. Llevaba mucho esa frase de Pablo VI de el hombre contemporáneo cree más en los testigos que en los maestros. Creía en los jóvenes y por eso estoy aquí, dirigiendo el rostro más amable de la Iglesia, que es la caridad», comenta.

Aunque su labor supondrá una continuidad de la anterior dirección, se marca dos objetivos: conseguir una mayor implicación de los jóvenes en el mundo de la acción caritativa y social, y mirar más hacia el territorio, vertebrándolo, apoyando a las Cáritas parroquiales con atención especial a sus solicitudes o problemas.

La línea natural de la institución seguirá, como hasta ahora, la de atención a los más necesitados. Una Iglesia «de los pobres y para los pobres», como expresó el cardenal Antonio Cañizares en su toma de posesión como arzobispo de Valencia. Para Grande, fue una declaración de intenciones. «Nos trasladó en su visita que esa forma de ayudar de la Iglesia se tiene que apoyar, no con simples gestos de asistencia, sino con un cambio de mentalidad, de conciencia ética, de responsabilidad social», explica.

Informes

Los datos de Cáritas no suelen dejar en buen lugar a los gestores públicos, aunque la institución siempre ha preferido mantenerse al margen en este aspecto. El último informe presentado la pasada semana junto con la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada no dejaba unas cifras muy alentadoras: una de cada tres personas en la Comunidad vive en situación de exclusión social, lo que supone que 1,6 millones estén en exclusión severa.

«Necesitamos los datos para analizar la realidad y establecer las líneas de actuación, pero nunca usarlos como arma arrojadiza. Sí queremos conseguir con ellos sensibilizar a la sociedad de que es muy importante la acción, de que todos (instituciones, ciudadanos y Administración) debemos trabajar juntos. El sistema económico y social hace aguas, tenemos que buscar una solución colectiva donde prime el interés general y con una regeneración ética», apunta.

Las situaciones límite las encuentra día a día: inmigrantes sin papeles, familias enteras en paro, personas ya cronificadas en el mundo del desempleo, gente sin hogar, prostitutas, niños en grave riesgo de exclusión, etc. Ante estas consecuencias de la pobreza económica, Ignacio Grande comprueba que la familia está siendo una malla de contención de la crisis, por lo que cree que la Administración tendría «no solo que respetarla, sino promocionarla, protegerla, ayudarla y entenderla».

Labor evangélica

Destaca, en este sentido, que la labor de Cáritas no puede ser únicamente asistencial, sino evangélica al mismo tiempo, dejando ver el ejemplo de vida de cada uno de los 5.000 voluntarios de la institución, «cuya llamada forma parte esencial de la propia Iglesia».

«Hay que regenerar un sistema económico y social que hace aguas»

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