Barcelona
El «caso Piqué» se enquista
«Fui de los mejores centrales del mundo y tengo que volver a serlo». Esa fue la voluntad que Gerard Piqué puso sobre la mesa a finales del pasado julio, nada más aterrizar en los planes de Luis Enrique. Hábil de mente como pocos, el central catalán supo bajar las orejas tras un pésimo Mundial y una temporada irregular en el Barcelona.
Decidió hacer propósito de enmienda, consciente además de que la secretaría técnica azulgrana tenía como prioridad reforzar su demarcación y de que el peso de la famosa «jerarquía», con el nuevo entrenador, le iba a servir menos que en temporadas precedentes. Finalmente, fueron Mathieu y Vermaelen (el belga no ha jugado todavía) los que llegaron para compensar la salida de Puyol, lo cual suavizó la competencia que Piqué esperaba encontrarse en su séptima temporada como integrante de la primera plantilla del Barça.
Sólo siete titularidades
No obstante, el defensa internacional no está dando síntomas de recuperación ni siquiera en disputa con compañeros teóricamente menos preparados, sean jóvenes pacientes como Bartra o veteranos reconvertidos como Mascherano. Hasta el momento, transcurrido más del primer cuarto de la temporada, ha jugado de titular solo la mitad de los partidos: siete de catorce. La otra mitad la ha visto desde el banquillo (Athletic, Levante, PSG y Ajax) o directamente en el palco (Elche, Granada y Celta). Es evidente que ya no es intocable, pero lo peor es que cuando tiene oportunidades para reivindicarse (en esas tiene que verse) no las aprovecha como debería. La última fue en el Bernabéu, donde cometió el penalti que fundamentó la remontada del Real Madrid. El cuerpo técnico azulgrana encajó bastante mal aquel error.
«No lo está pasando bien, no es un buen momento», comentó a ABC una persona cercana al jugador, quien por otra parte cree que las críticas se ceban especialmente con él por su carácter extrovertido, mediático y político. Quizás vaya en el contrato de alguien que bromea con bombas fétidas, que ha formado una familia con una estrella internacional del pop o que se ha posicionado sin tapujos a favor de la consulta del 9 de noviembre. Es el camino del riesgo, algo que el central tampoco esconde en su gusto por el póquer. De hecho, el día de su famosa trifulca con la Guardia Urbana de Barcelona, Piqué se dirigía al Casino pocas horas después de batirse contra Luxemburgo con la selección española.