Castedo se declara «indispuesta» y evita hacerse la foto con Rajoy
La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, no se hizo ayer la foto que más expectación había suscitado en los últimos días, junto al presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, por encontrarse «indispuesta». Sus repentinos problemas de salud fueron la sorpresa de última hora en la clausura del XVII Congreso de la Empresa Familiar, celebrada al mediodía en el Auditorio ADDA.
Todos los flashes estaban cargados para captar el saludo de Rajoy a Castedo, y la atención mediática se había centrado en evaluar si ese contacto iba a ser frío y distante o más cercano, tras los anuncios del presidente de aplicar mano firma contra cualquier atisbo de corrupción y estar su alcaldesa doblemente imputada. Se investiga si favoreció al empresario Enrique Ortiz en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y en el Plan Rabasa. Finalmente, desde el entorno de Castedo aseguraron que se encontraba mal ayer por la mañana y en el momento de la cita con los empresarios y con Rajoy estaba en el médico.
La sustituyó el primer teniente de alcalde, Andrés Llorens, quien también tiene una causa judicial pendiente y está imputado, debido a las obras de una plaza de la ciudad encargadas con urgencia –por las reiteradas quejas vecinales– antes de su adjudicación administrativa a la empresa. Se le investiga por posible prevaricación y falsedad documental.
La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, ya había fijado el posicionamiento de su partido el lunes cuando –preguntada por el futuro concreto de la alcaldesa de Alicante– se comprometió a que los cargos públicos inmersos en causas judiciales no serán candidatos, tal y como ha venido defendiendo el presidente del PP valenciano, Alberto Fabra, desde que llegó al cargo.
Alicante y la Comunidad
Durante su discurso de clausura del evento, Rajoy arrancó su intervención recordando que las empresas familiares de toda España regresaban a Alicante para su congreso, precisamente la misma ciudad en la que iniciaron estos encuentros «itinerantes» hace ahora 17 años.
Asimismo, recomendó al medio millar de empresarios asistentes «observar los cambios que ha experimentado Alicante» y también «la intensidad de su despegue económico en los últimos años», con esa perspectiva de las 17 ediciones del evento organizado por el Instituto de la Empresa Familiar, que tiene una notable implantación en esta provincia.
El presidente del Gobierno volvió a aludir a los anfitriones durante su repaso a la situación económica de toda España, con profusión de datos estadísticos. Concretamente, al felicitarse por el tirón del sector turístico este año. En este balance, destacó el peso específico de la Comunidad Valenciana, «con un 10% de los visitantes recibidos, cinco millones de turistas este año».
Como ya ocurrió la víspera durante la inauguración, cuando la presencia del Rey Felipe VI congregó a varios cientos de alicantinos en las inmediaciones de la entrada al Auditorio ADDA, ayer también había muchos vecinos que aguardaron la llegada del presidente del Gobierno. La anécdota la protagonizaron los alumnos del colegio más cercano, el CP Campoamor, que gritaron desde el patio cuando vieron a Rajoy para llamar su atención.
Durante los últimos dos días, las medidas de seguridad han sido extremadamente meticulosas, hasta el punto de que la Policía Nacional tuvo que acompañar a una transeúnte de avanzada edad que se había «colado» involuntariamente dentro del área acotada al personal autorizado y acreditado para asistir al congreso. Los agentes cortaron el tráfico unos instantes para reconducir a esta vecina al otro lado de la avenida de Alcoy.
La presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, aprovechó la presencia de Rajoy para trasladarle la urgencia de que la provincia reciba agua del Júcar. La alta participación en el congreso, con 550 empresarios procedentes de toda España, y la asistencia de autoridades no permitió trasladar más reivindicaciones al presidente.