Fútbol
El Barça pierde el juicio con Laporta
Joan Laporta y Sandro Rosell escribieron ayer un capítulo clave de la lamentable historia de despropósitos y animadversión que empezaron a escribir a mediados de la temporada 2004-2005. Efectivamente, se va a cumplir una década del origen del principal motivo de fractura social que ha vivido el Barcelona en los últimos años, de un conflicto profundo y perenne que nació en los buenos años de Ronaldinho y Rijkaard y que se consolidó a ojos del mejor Barça de Guardiola; ni siquiera los mayores éxitos deportivos han servido para conciliar las posturas de dos bandos que en 2003 sumaron frente a los años de Joan Gaspart.
De hecho, en 2010, la batalla se trasladó al terreno judicial cuando Rosell, amparado por su condición de presidente más votado de la historia azulgrana, planteó en la asamblea la posibilidad de llevar la gestión de Laporta a los tribunales. Pese a que la propuesta salió adelante por los pelos, el Barça demandó al expresidente y a 16 exdirectivos por unas supuestas pérdidas de 47,6 millones derivadas de una reformulación de las cuentas.
Cuatro años después de aquella polémica decisión, la justicia ordinaria se ha pronunciado a favor de Laporta y su cúpula.
El honor del expresidente
La sentencia, plasmada en nada menos que 99 páginas, salvó el honor del expresidente ante sus enemigos de despacho y corbata y rebajó toneladas de tensión entre el resto de encausados, buena parte de los cuales temía, en el supuesto de perder el juicio, que «un asunto personal» se llevara por delante su patrimonio. Rosell, Bartomeu y Faus, cabezas visibles de la gestión del Barça desde 2010, pretendían imputarles, igual que a Laporta, casi 48 millones de pérdidas acumuladas entre 2003 y 2007.
Durante los días que duró la vista oral del proceso, el juez mostró mucho más interés por los elementos técnicos y económicos que por cualquier argumento político o moral. Pasado un mes de la última declaración, sentenció que la gestión de Laporta en el Barça arrojó unos beneficios de poco más de cuatro millones. La considerable diferencia respecto a la versión de los demandantes responde al contraanálisis del magistrado sobre las famosas cuatro excepciones y tres salvedades que fundamentaron todo el proceso: el contrato de Mediapro, la venta de los terrenos de Sant Joan Despí, la venta de Henry, el caso Baena, la compra de los terrenos de Viladecans, el concurso de acreedores de Mediapro y el contencioso con Sogecable. En el auto, el juez cifra en 26,8 millones las pérdidas del ejercicio 2009-2010.