ENTREVISTAShane O’DohertyExjefe de explosivos de IRA

«Acabar en prisión es lo mejor que me ha pasado, me redescubrí»

«Acabar en prisión es lo mejor que me ha pasado, me redescubrí» MIKEL PONCE

R. B. CRESPO

A los 15 años, Shane O’Doherty se enroló en el IRA y llegó a convertirse en el jefe de explosivos de la banda terrorista. Tras sembrar el terror en Londres con cartas bomba, fue condenado a prisión, donde pasó 14 años y se convirtió en un «mensajero de la paz».

—¿En qué momento se planteó que la violencia era la solución?

—Desde que era joven, la cultura me lo decía: canciones, libros, historia… todo hablaba de la lucha por la libertad, de dar la vida por tu país, de líderes revolucionarios. No te planteas la violencia en sí, sino tu justa causa.

—¿Qué pensó en la cárcel?

—Durante el juicio no reconocí mi culpabilidad. Me consideraba una víctima política, me negué a colocarme el uniforme de preso, por lo que estuve desnudo durante 14 meses. Además, fui procesado en Londres, donde cometí el 1% de las acciones, como enviar cartas bomba a jueces, políticos e, incluso, al primer ministro. En la cárcel mi conciencia católica hizo que me diera cuenta de que no estaba arreglando nada y, encima, no respetaba los derechos humanos. Entonces decidí pedir perdón.

—¿Sus víctimas lo aceptaron?

—No. Era el primer preso en hacerlo. No me creyó nadie: ni las víctimas, ni los medios, ni el Gobierno británico, que inició una campaña de descrédito. Sólo encontré el apoyo de la Iglesia. Nadie confiaba en que pudiera realmente cambiar. El resto de presos dejó de dirigirme la palabra ocho años. Me convertí en una persona aislada.

—¿Y cuando salió?

—Decidí desde ese momento hablar solo de paz. Estudié en la Universidad y escribí un libro titulado «No más bombas», que fue best-seller.

—¿Qué habría pasado si no hubiera ido a prisión?

—Suena como algo terrible, pero es lo mejor que me ha pasado. Me encontré a mí mismo, hasta entonces era un soldado robot. Aprendí sobre la compasión y el arrepentiemiento. Nunca es tarde para volver atrás.

—¿Entiende que las víctimas de ETA piensen que el perdón no es suficiente y que los terroristas tienen que colaborar con la justicia?

—Sí. Yo colaboré dando información sobre armas o financiación.

—¿Cómo cree que acabará la situación en el País Vasco?

—Ojalá los miembros de ETA tomaran el camino del arrepentimiento y trabajaran en un discurso contra la violencia.

—¿Sigue lo que sucede en Cataluña?

—Sí, y el nacionalismo es peligroso porque puede acabar en violencia. Si quieren más autogobierno, dádselo, pero las fronteras competen a todo el país.

«Acabar en prisión es lo mejor que me ha pasado, me redescubrí»

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