Gianluigi Colalucci: «Valencia está en la vanguardia de la restauración europea»
A pesar de haberse jubilado hace años, Gianluigi Colalucci sigue fascinándose con los proyectos de recuperación patrimonial que llevan a cabo sus colegas de profesión. El restaurador de los frescos de la Capilla Sixtina -que visita Valencia con asiduidad desde hace veinte años- comprobó ayer la buena marcha de las obras de rehabilitación de la Iglesia de San Nicolás. Allí, un equipo multidisciplinar liderado por la investigadora del Instituto de Restauración de la UPV Pilar Roig trabaja desde hace meses para devolver el esplendor barroco a los frescos con los que Dionís Vidal pintó esta iglesia gótica. El proyecto, impulsado por el Arzobispado de Valencia y financiado por la Fundación Hortensia Herrero con 2,5 millones de euros, finalizará en otoño de 2015.
Colalucci se mostró impresionado con las innovadoras técnicas que se están aplicando en San Nicolás. Concretamente, se está poniendo en práctica un tipo de biolimpieza que consiste en «educar» a bacterias en el laboratorio alimentándolas con el producto que se quieren limpiar, para posteriormente aplicarlas en la zona que se quiere restaurar. La ventaja de este sistema es que resulta muy económico, rápido e inocuo para las superficies. «Valencia está en la vanguardia de la restauración europea», corroboró el experto italiano.
Con respecto a la calidad de los frescos que están redescubriéndose, Colalucci afirma que «aunque no se puede decir que Vidal tuviese el mismo nivel que su maestro [Antonio Palomino], su pincelada denota mucho carácter». «Además –añadió- era un artista con una gran capacidad decorativa. Tiene mucho mérito el modo en que pintó una iglesia con una arquitectura tan difícil, que no fue concebida originalmente para albergar frescos».
