La oposición no ofrece proyecto y se centra en atacar a Barberá

Las quejas de la oposición ante el formato del Debate sobre el estado de la ciudad de Valencia que confeccionó el PP fueron múltiples en las jornadas previas y centraron su crítica en el hecho de que la alcaldesa no fuera la que hablara en nombre de su grupo.

Ayer, durante la celebración del debate se pudo ver que esta estrategia tenía sentido. El objeto de los ataques siguió siendo Rita Barberá, más allá del modelo de ciudad.

Los portavoces PSPV, Compromís y EU utilizaron sus dos turnos en minar la figura de la alcaldesa de la capital del Turia y siguieron ahondando en temas de corrupción que arrancaron en legislaturas pasadas. El propio Joan Ribó (Compromís) habló de casos «que no han afectado al Ayuntamiento pero han estado merodeándolo» y citó Nóos o Emarsa, entre otros.

El portavoz del grupo popular, Alfonso Grau, estuvo más en la faena. Trató de justificar con una enumeración de hitos económicos la mejoría de la ciudad y la salud financiera del Ayuntamiento. La evolución es positiva, sin duda, aunque tampoco para lanzar los cohetes que Grau trató de elevar en el hemiciclo.

Acusó a la oposición de «revanchismo» y apuntó sus críticas hacia Ribó y también a Calabuig a quien acusó de «revanchista» por haber intentado que le imputaran en el caso Nóos sin ningún éxito. La mano derecha de la alcaldesa desde hace dos décadas acusó al tripartito de «vendedores de crecepelo y elixires, como en el lejano Oeste». Y esgrimió que la oposición no aportó ningún dato sobre la futura ciudad que desean más allá de lugares comunes como la necesidad de reducir el paro.

Y ahí acertó, porque el tripartito unió fuerzas contra el «agotamiento» del modelo de Rita Barberá sin dar alternativa alguna.