Detenido un miembro de un clan familiar por usar «viejos timos»
La Policía pide ayuda de las entidades bancarias para «proteger a las víctimas»
A pesar de ser una estafa antigua y muy conocida, todavía se siguen produciendo en la provincia de Albacete los llamados «timos de la estampita y el tocomocho». Los últimos conocidos han permitido a la Policía Nacional detener a un miembro de un «negocio familiar que se dedica a estos históricos timos desde hace mucho tiempo», como afirmó el Comisario Jefe de Albacete, José Francisco Roldán.
Se trata de T.N.G., de 42 años, con numerosos antecedentes y que en el momento de la detención se encontraba en la terraza de un bar de la capital manchega. Se le imputan dos delitos de estafa ya que con los timos de la «estampita» y el «tocomocho» logró apoderarse de 9.500 euros de dos ancianas, concretamente 6.000 que le dio una mujer de 74 años de edad y 3.500 euros que estafó a otra señora de 84 años.
El primer timo se produjo en Quart de Poblet (Valencia) el pasado mes de enero, y en él T.N.G junto a otras personas «se apoderaron de 6.000 euros engañando a una mujer de 74 años» por el procedimiento de la estampita.
Después, a finales de marzo, los timadores empelaron el timo del tocomocho en Albacete, engañando a una mujer de 84 años a quien «un desconocido abordó en plena calle solicitándole ayuda para ir a cobrar unos boletos de la ONCE premiados, excusándose con no saber leer y desconfiar de su familia».
Para completar el timo, momentos después apareció otro individuo, que «simulando una llamada telefónica corroboraba que los cupones estaban premiados», por lo que sacó dinero de una entidad bancaria próxima, y en un sobre se lo entregó al portador de los cupones. La víctima, «ya convencida», fue acompañada por los individuos, en un vehículo, a su banco habitual, donde extrajo de su cuenta 3.500 euros, que entregó para incorporarlo al sobre del dinero.
El comisario jefe pide a los empleados de los bancos que sean más cuidadosos a la hora de dar cantidades grandes de dinero a personas mayores y que cuando acudan a sus oficinas alguien así «piensen que pueden ser víctimas de engaño y antes de dar dicho dinero, hablen con las familias e indaguen qué hay detrás de dicha petición».
«Las víctimas suelen ser personas absolutamente desamparadas, frágiles y vulnerables», buscando con ello «una situación de rotunda superioridad que facilita su éxito criminal». «Vamos a protegerles todos un poco», pidió José Francisco Roldán.
