Seis detenidos en la desarticulación de una red que cometió 126 robos
La Guardia Civil ha detenido, en el marco de la operación «Incaica», a seis personas por robos en polígonos industriales y explotaciones agrícolas e integración en grupo criminal. Se han esclarecido 126 robos cometidos en polígonos industriales y explotaciones agrícolas de las provincias de Toledo, Albacete y Ciudad Real. El valor de los daños causados y los efectos sustraídos pueden superar los 500.000 euros.
En nota de prensa, la Delegación del Gobierno explicó ayer que la operación «Incaica» se inició en mayo por la Guardia Civil de Manzanares, que había detectado un aumento de robos en empresas de polígonos industriales y explotaciones agrícolas de la comarca de Manzanares y Campo de Calatrava. En ellos los autores sustraían tanto herramientas como generadores, motores de riego y cable de cobre.
A mediados de mayo los investigadores avistaron una furgoneta sospechosa, de la que solo pudieron obtener parte de la matrícula en una zona en la que, al día siguiente, se supo de que se había perpetrado otro robo en una explotación agrícola.
La Guardia Civil de La Solana facilitó a los investigadores los datos de una actuación de una de sus patrullas de seguridad ciudadana ocurrida días antes en la que, tras observar a un turismo y una furgoneta que les resultaron sospechosos, trataron de identificar a sus ocupantes. Solo pudieron identificar a los ocupantes del turismo, pero también consiguieron captar la matrícula de la furgoneta huida, varios de cuyos caracteres coincidían con la anteriormente avistada.
El seguimiento y vigilancia de los agentes les permitió identificar a todo un grupo criminal compuesto por siete personas de nacionalidad rumana, que residían en Madrid. También se pudo comprobar que los objetos sustraídos en los distintos robos eran receptados por el propietario de una chatarrería ubicada en la Cañada Real Galiana de Madrid.
Modus operandi
El modus operandi utilizado por este grupo criminal consistía en salir de su lugar de residencia, Madrid, en dos vehículos, primero un turismo ocupado por cuatro o cinco integrantes, y unos diez minutos después una furgoneta ocupada por el resto de miembros del grupo. De este modo, se aseguraban de que no eran objeto de seguimiento y vigilancia por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para posteriormente dirigirse a la zona donde iban a cometer los hechos delictivos.
Una vez en la zona, los conductores de los vehículos dejaban a los componentes del grupo en los distintos lugares seleccionados para cometer los robos y salían de la zona, estacionándose en distintas localidades cercanas, evitando así en caso de ser identificados por las Fuerzas de Seguridad, el ser vinculados entre sí.
Una vez perpetrado el robo y preparados los efectos, éstos eran cargados en los vehículos en escasos minutos, emprendiendo la marcha hacia Madrid. El turismo circulaba delante de la furgoneta para detectar una posible presencia policial.