Cae una red que introducía cocaína en documentos académicos
La Guardia Civil de Ciudad Real, a través del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Policía Judicial, ha desmantelado una red de tráfico de droga que operaba principalmente en varias localidades de la comarca de La Mancha, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, donde contaba con seis puntos de venta. Como resultado de la operación «Gradua», que se inició tras la incautación de un paquete postal en el aeropuerto de Bogotá (Colombia) que contenía 265 gramos de cocaína con destino a la localidad ciudadrealeña de Campo de Criptana, han resultado detenidas 19 personas y se ha imputado a otra más, la mitad de ellos de nacionalidad colombiana.
La investigación se inició, tal y como explicó ayer el subdelegado del Gobierno, Fernando Rodrigo, en el mes de septiembre del año pasado tras comprobar que el destinatario de ese paquete interceptado en Bogotá formaba parte de una red delictiva organizada que operaba en Campo de Criptana, Tomelloso, Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan y Villarrobledo, que recibía cocaína de varios suministradores en Madrid y metanfetaminas de otro en Sevilla.
Un trabajador en la Universidad
Así, en lo que se refiere a la cocaína los agentes se encontraron con la dificultad añadida de que todos los contactos para el suministro se realizaban a través de las redes sociales, donde se concretaban los envíos que finalmente llegaban a España a través del aeropuerto de Barajas en Madrid.
El grupo había montado una infraestructura para la recepción de los estupefacientes a través de la Universidad Carlos III de Madrid, donde contaban con el concurso de un trabajador de una contrata de este centro académico, que era el encargado de repartir los paquetes que procedían de varias universidades colombianas.
En alguno de estos paquetes, según el relato de Rodrigo, se encontraba oculta la cocaína impregnada en los papeles, aunque en los últimos envíos los folios ya estaban hasta fabricados con esta sustancia. Para evitar que estableciera relación con los traficantes los envíos no se dirigían a ninguna persona concreta, sino de forma genérica a edificios de la Universidad.
Esos eran los paquetes que este trabajador recogía y posteriormente, una vez acabada su jornada laboral, sacaba del centro y entregaba a los encargados de extraerla y prepararla.
Para poder demostrar la implicación de este empleado, se realizó una entrega controlada de los paquetes donde se sustituyó la droga por folios normales, lo que permitió detener a esta persona en el momento en el que iba a realizar la entrega al resto de miembros de la organización.
Posteriormente, se realizaron 11 registros domiciliarios, dos en Madrid, tres en Alcázar, dos en Criptana, uno en Villarrobledo y tres en Marchena que dieron como resultado el descubrimiento de un laboratorio de extracción y adulteración de cocaína, la intervención de cinco paquetes postales con un peso total de 2,5 kilos de coca, 900 gramos de metanfetaminas, 35.000 euros en efectivo, 10 kilogramos de sustancias para adulteración y corte y otro material por valor de 50.000 euros. La distribución de las metanfetaminas se realizaba desde Sevilla desde donde partían paquetes de menos de 150 gramos por servicio postal para no levantar sospechas.
Los detenidos, las diligencias instruidas y la droga y efectos intervenidos han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Alcázar de San Juan.