La Villa, el pueblo al que ayer despertaron las sirenas

«Los niños nos inspiran ternura por lo que son y respeto por lo que pueden llegar a ser». Es el lema que reza en una pizarra del bar «Limón y Menta», propiedad de Jesús Soto y Felipa Lucas, vecinos de La Villa de Don Fadrique, un pueblecito toledano de 4.000 habitantes que ayer se levantó conmocionado con un terrible suceso: su vecina Zaida Pulido, de 36 años, degolló a su bebe José Alfredo de tres meses con un cuchillo de cocina en el altar de la capilla del cementerio.

Tras el suceso, ocurrido en torno a las 7.30 horas, Zaida huyó a refugiarse en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Las alarmas de los coches de la Policía y la Guardia Civil despertaron a La Villa. «Al principio, creía que era un incendio», explicó María Ángeles Díaz-Maroto, concejala de Cultura. «Hasta la iglesia han venido dos tenientes de la Guardia Civil, una cosa muy, muy rara», añadió Carlos Mendoza, edil de Urbanismo. El párroco Rafael Del Álamo, que se negó a hablar de lo ocurrido dentro del templo, sí aseguró que Zaida «no era una habitual ni realizaba ninguna actividad relacionada con la iglesia».

José Antonio Aparicio, fontanero, que comparte un grupo de Whatsapp «por los galgos» con el hermano de Zaida, desveló que ayer era su cumpleaños: «Por la mañana todo el mundo le decía: ‘José, felicidades’ y no contestaba, para lo que es él, una persona alegre. Hasta que ya nos hemos enterado». Según el alcalde Jaime Santos, en el pueblo se ha declarado un día de luto oficial y hoy habrá un minuto de silencio.